Imagen de un curso de pastoreo dirigido en La Vall | GOB

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El programa de Custodia Agraria del GOB ha logrado elevar a 36 la cifra de fincas profesionales adheridas este año al acuerdo que busca compatibilizar la gestión agrícola y ganadera con la conservación ambiental. El coordinador del área de política territorial de la organización ecologista, Miquel Camps, explicó en la tertulia del Ateneu de Maó el funcionamiento de esta iniciativa, que comenzó hace alrededor de quince años en la Isla como una prueba en solo tres o cuatro explotaciones pero que «ha ganado credibilidad desde el momento en que hay payeses que trabajan, obtienen resultados y los explican a otros payeses», apunta Camps. Esa es la clave del éxito de un programa que obtiene fondos del Consell -20.000 euros en el convenio para este ejercicio-, pero que necesita recurrir a convocatorias estatales y europeas para cubrir un 80 por ciento de su financiación, «la mayoría de los recursos los tenemos que buscar fuera», explica.

El objetivo del programa de Custodia Agraria es «volver a buscar equilibrios con la naturaleza que se habían perdido en los últimos 40 años», afirma el portavoz de los conservacionistas, y cuando eso se logra, añade, «entonces te das cuenta de que todo comienza a funcionar mejor, se recupera la fertilidad de la tierra, no se necesita comprar tantos insumos de fuera de la isla y puedes hacer un producto no tan industrial sino más diferenciado, con más sabor y valor añadido porque colaboras con la conservación ambiental».

Las fincas adheridas no reciben contrapartidas o ayudas, no hay transacción económica, sino que el GOB ofrece formación, promoción de productos, voluntariado, información sobre líneas de ayuda al campo y cualquier otra noticia de su interés. Visita las explotaciones y detecta las necesidades, buscando luego recursos. Una de las acciones es la organización de formaciones específicas y en este capítulo se enmarcan cursos como el de pastoreo dirigido, que hace ya unas semanas que se imparte. «El pastoreo dirigido es un sistema que permite generar alimento sin tener que cultivar y sembrar cada año el forraje», explica Camps. Consiste en subdividir las tanques y que el ganado paste en esas zonas imitando el comportamiento natural de los herbívoros, en lugar de estar suelto en todo el terreno durante varios días, «van cambiando» de espacio de forma conducida, y de ese modo, asegura, se activa de manera natural el pasto y algunas fincas no necesitan sembrar. Un ejemplo de práctica respetuosa dentro del programa de custodia.