Planta hotelera al completo. Salvo pequeños establecimientos de algunas cadenas y alguno todavía en obras, el resto de la planta hotelera de costa está abierta y con clientela desde la primera semana de mayo, lo que aventura una temporada larga | Josep Bagur Gomila

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La gran novedad que se desprende de la nueva ley turística para Menorca es que también se creará una bolsa de plazas que, al contrario que en las otras islas, no existe ahora. Pero antes debe fijarse la capacidad de carga turística o, lo que es lo mismo, el techo de crecimiento para luego permitir el intercambio de plazas obsoletas por plazas nuevas conforme a los criterios que marca la ley.

Josep Pastrana, conseller menorquín de Economía y Territorio, asegura, no obstante, que de momento no tiene sentido crear esa bolsa: «Hay 10.800 plazas por desarrollar, contando las Áreas de Reconversión Territorial. La ley contempla la excepción de Menorca. Todavía puede haber crecimiento», afirma.

A lo que sí obliga la ley es a efectuar una reevaluación de las plazas turísticas, en particular de las no hoteleras, que son las que han disparado la oferta turística de Menorca. «A partir de aquí se decidirá si puede haber más plazas o no», explica.

Esa reevaluación se realizará paralelamente a la aprobación definitiva del PTI, prevista para finales de año y será incorporada más adelante como una modificación puntual del documento. Ese trabajo implica la ardua tarea de detectar las plazas no identificadas o, dicho de otro modo, fuera de la comercialización reglada.

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En el conjunto balear, el plan de decrecimiento de plazas turísticas no será efectivo hasta dentro de cuatro años, fecha en la que finaliza la moratoria y el plazo máximo que tienen los consells para incorporar el mecanismo de reducción de plazas. Ese plazo puede incluso que se quede corto y a los cuatro años, si no se dispone del plan que fije el techo de plazas, un Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT), se prorrogue o se levante la moratoria.

Decrecimiento

«No se habla de decrecimiento, sino de mejorar la competitividad con medidas que son necesarias y que marcará una referencia internacional sin poner en peligro a nadie», afirma Iago Negueruela, portavoz del Govern y conseller de Modelo Económico.

La medida tendrá efectos mínimos en el corto plazo ya que sus efectos son limitados, no afectan a la bolsa de plazas y solo se producirá la reducción en aquellas plazas de intercambio que previamente se hubieran adquirido de forma onerosa, según figura en la enmienda pactada por la izquierda. No afectará a los alojamientos que salgan a la venta, sino a las plazas que se intercambien.   

«Es una ley de progresos, pero moderada, pionera en muchos aspectos», añade Negueruela. El conseller recuerda que en Balears hay 433.000 plazas, a las que se podrían sumar las 20.000 que aún quedan en la bolsa. Es decir, si no se actúa sobre esta bolsa, aún hay margen para crecer. El cambio de la ley impedirá ese crecimiento y favorecerá la reducción a largo plazo.

El anuncio está enmarcado en la nueva ley turística. Los partidos siguen negociando el cambio de usos de los hoteles para que sean VPO, una propuesta del PI, así como que la obligación de eliminar un 5 por ciento de las plazas cuando se haga una ampliación. El Pacte está dispuesto a aceptar que sea proporcional. No hay acuerdo ni sobre el todo incluido ni sobre los ‘beach clubs’. «Eso no significa ninguna contradicción entre los partidos ni pone en riesgo la ley», según advierte Negueruela.