Vista del monumento, que fue modificado en 2009, en la Plaça Esplanada de Maó

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Las palabras de Margarita Robles, ministra de Defensa, en el Senado, argumentando que el monolito de la Plaça Esplanada de Maó no debe ser retirado porque cumple la legalidad vigente no han obtenido respuesta, por ahora, de las autoridades de la Isla. La ministra tumbó con su intervención los planes del Consell y del Ayuntamiento, cuya postura es desmontar el monumento y trasladar las piedras a las proximidades del talayot oeste de Cornia. En el Consistorio de Maó tanto su alcalde, el también socialista Héctor Pons, como Antoni Carrillos, concejal de Ara Maó y coordinador de memoria democrática de dicha formación política, declinaron opinar sobre la respuesta de la ministra Robles a la senadora de ERC, Elisenda Pérez.

En el Consell esa valoración se tiene que hablar primero en el seno del equipo de gobierno, no va a ser inmediata. Así lo señaló este jueves el conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria, al ser preguntado por este diario. El traslado del monolito «es una propuesta institucional del Consell» y como tal, añadió el líder de Més per Menorca, las palabras de Robles serán valoradas por el gobierno de Susana Mora. Eso sucederá con toda probabilidad el lunes.

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Mientras tanto, la intervención de la ministra en la Cámara Alta supone un varapalo para las intenciones de los gobiernos de Consell y Ayuntamiento, ambos del PSOE pero con el apoyo de los soberanistas.

Robles dejó claro que mientras no se produzca una modificación de la normativa actual, el monumento de la Esplanada cumple la legalidad y no va a ser retirado por el Ministerio de Defensa.

La ministra socialista explicó que con la supresión de las alusiones franquistas en el monolito, en el año 2009, y la modificación del escudo, con el emblema constitucionall y el cambio del lema, el monumento se ajusta a las exigencias de la Ley de Memoria Histórica de 2007 aprobada bajo el gobierno de Rodríguez Zapatero. Sin embargo, tanto Maria como Carrillos calificaron dichas intervenciones de «discretas» y más bien las consideraron un maquillaje de la historia real del monumento, su origen y significado. En su opinión, se limitaron a cambiar escudos y «tunear» el monolito.