El Troposcatter Site de la antigua base militar de telecomunicaciones de S’Enclusa, en desuso desde 1993

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La primera fase del resucitado proyecto de S’Enclusa permitirá abrir al público los miradores de la antigua base militar de telecomunicaciones para poner en marcha un itinerario interpretativo del paisaje cultural menorquín y habilitar un punto de observación de las estrellas, dentro de la red de miradores Starlight. Será el primer paso para un proyecto que tiene un coste global estimado de 6,5 millones. En esta etapa se invertirán dos millones de euros que serán financiados a partes iguales por el Ministerio, a través de la convocatoria de planes de sostenibilidad turística, el Govern y la propia institución insular.

La previsión es que las tres partes firmen el preceptivo convenio a finales de este año y a partir de ahí que empiece el proceso de licitación para poder terminar los trabajos en tres anualidades, si los plazos se cumplen, ya para el año 2026. En este primer plan de actuaciones se incluye la rehabilitación y el mantenimiento de los edificios ubicados en S’Enclusa, actualmente en estado de abandono, siguiendo criterios de sostenibilidad constructiva y energética, aunque su uso se deja para etapas posteriores, para las que se tendrá que buscar más financiación.

La presidenta del Consell, Susana Mora, explicaba este miércoles que podrían haber presentado todo el proyecto, pero no quieren correr el riesgo de no poder ejecutarlo en tiempo y tener que devolver el dinero. A nadie se le olvidan los precedentes de un plan que parecía que aseguraba su financiación (casi siete millones) en el año 2009, pero que no se cumplió y más tarde el Govern tuvo que devolver el dinero con dos millones más de intereses por no haberlo ejecutado.

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La idea, siguiendo el anteproyecto del año 2017, es que los edificios alberguen diferentes actividades como son la investigación e innovación, con un Centro Tecnológico y de Sostenibilidad, la educación ambiental, la divulgación y actividades lúdicas, además de otros servicios para atender a los visitantes y finalmente habilitar el llamado Centro de Interpretación de la Reserva de Biosfera, para el que en estos años se definirá su diseño.

El proyecto aprobado ahora, que representa poco más del 30 por ciento del presupuesto global, se divide en cuatro ejes principales de actuación. Los dos primeros tienen que ver con la transición energética. El objetivo es mostrar coherencia en un enclave llamado a ser el futuro Centro de Interpretación de la Reserva de Biosfera empezando con la manera de acceder al mismo. Está previsto que un sistema de transporte público descarbonizado, tanto con bicicletas eléctricas para acceder a la montaña, como con autobuses lanzadera eléctricos que permitan acceder a S’Enclusa desde Ferreries, donde se habilitarán cuatro aparcamientos disuasivos cubiertos con placas solares y dotados con puntos de recarga de vehículos eléctricos.

También se ha planificado la restauración ecológica del entorno de S’Enclusa, reduciendo notablemente el pavimento existente, recuperando la flora autóctona y también los valores culturales de la que fuera antigua base de telecomunicaciones del ejército de Estados Unidos.

En paralelo, se desarrollará el eje de transición digital, con la creación de una agencia insular de Balance de Recursos de la Reserva de Biosfera de Menorca, y también, aprovechando la situación privilegiada de S’Enclusa para las telecomunicaciones, con la puesta en marcha de un sistema tecnológico de interpretación y divulgación de los valores ambientales y culturales. Mora destacaba ayer que «la recuperación de este proyecto supone un hito importante para la Isla, y en especial para Ferreries: teníamos una deuda pendiente».