El Cercle d’Economia, que preside Francisco Tutzó encargó al economista Tomàs Serra la ponencia académica. | Gemma Andreu

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El economista Tomàs L. Serra Olives (Es Castell, 1944) fue el encargado ayer en la sala de plenos del Ayuntamiento de Maó de la intervención académica del acto de celebración del décimo aniversario del Cercle d’Economia de Menorca. Desde su experiencia como profesor de la Escuela de Turismo y autor de numerosos estudios de investigación en los ámbitos económico, financiero y turístico, ofreció las principales claves empresariales para prosperar ante el contexto de creciente dificultades económicas. «Tiempos nuevos: dificultades y oportunidades» fue el título de una conferencia en la que destacó que «nunca en 60 años, desde la óptica empresarial, habíamos vivido un periodo de mutaciones tan intensas y continuas».

Serra empezó destacando que «no es posible lograr la satisfacción de los clientes sin tener empleados satisfechos», por lo que el objetivo de las empresas debe ser «la necesidad de mejorar salarios y/o condiciones de los convenios para retener no sólo el talento, sino la eficacia en esta satisfacción y la eficiencia, evitando que sea gravosos para nuestras empresas». El economista fue más allá y afirmó que «nunca pagar más había sido tan barato, especialmente en el sector de los servicios».

Calidad y valor añadido

Más allá de la gestión de las personas, el experto se centró en el producto, diferenciado y con un alto valor añadido: «El turismo de calidad no es posible sin producto de calidad», enfatizó, antes de afirmar «tajantemente» que «no habrá rentabilidad futura, no habrá vida posible, fuera de este binomio de calidad y alto valor añadido». En ese sentido destacó también el papel de la inspección de las administraciones para «perseguir la falta de calidad» y la importancia de no restringir la nueva oferta de calidad, sino «eliminar o restringir los establecimientos obsoletos o las plazas de insuficiente calidad».

Centrada especialmente en el mundo del turismo, la conferencia destacó el cambio en los hábitos de compra, el proceso de caída de la intermediación y el aumento de la venta directa: «Todo ello nos obliga a un mayor esfuerzo a favor de la incorporación de las nuevas tecnologías en el seno de nuestras empresas», a las que recomienda, ante la perspectiva de aumento de tipos de interés y la incertidumbre que depara el futuro, que aumenten su autonomía financiera.

Serra subrayó las oportunidades que abre    para las empresas la integración en el mundo digital, personalizando los productos gracias al análisis de las necesidades de los clientes. El camino para poder llevar a cabo esas recomendaciones es, entre otros, «consiguiendo, formando y reteniendo a los mejores equipos humanos para la consecución de las metas propuestas de calidad e innovación».

El economista menorquín insistió en el retorno de mantener equipos de trabajo satisfechos, preparados y formados: «La productividad de una persona puede llegar incluso a duplicar la que consiguen otras menos capaces o con menos formación». También llamó a la «total cooperación» entre el sector privado y el público, al que animó a formalizar el diálogo: «¿Para cuándo una mesa permanente de trabajo?».