Un grupo de pequeños alumnos en el primer día de clase del pasado curso 2021/2022. | Gemma Andreu

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El incremento de la esperanza de vida y la baja tasa de natalidad han originado, en las últimas décadas, un crecimiento acelerado en el porcentaje de personas mayores de 65 años. Esta situación tiene como consecuencia un aumento del envejecimiento de la población, que, a menudo, llama al debate y enciende todas las alarmas.

A pesar de que esta es una realidad en todo el mundo, las cifras que se registran en Menorca son particularmente significativas. Mientras la población total crece en la Isla, la tasa bruta de natalidad no deja de disminuir. Tanto es así, que la reducción en el número de nacimientos ha hecho mella en el proceso de escolarización para el próximo curso 2022/2023.

Según explica Joana Maria Petrus, investigadora principal del Grupo de Estudios Demográficos y Turísticos (Geditur) de la Universitat de les Illes Balears (UIB), «la caída de la natalidad en Menorca es continua desde 2002». En ese año, explica, la tasa bruta de natalidad fue de 12,63, mientras que en 2020, el último periodo registrado, fue de 6,84.

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El descenso en el número de nacimientos en la Isla ha influido, de manera más notable este año, en el volumen de pequeños que se incorporarán a los colegios a partir de septiembre. Y es que las solicitudes han bajado, en relación al curso anterior, de 704 a 593.

La diferencia es todavía más notable si se atienden los datos de 2013, cuando hubo hasta 868 peticiones para incorporar a los niños de tres años a la enseñanza obligatoria. Desde 2019 se han ‘perdido’ 155 nuevos alumnos escolarizados. Sobre esto, Petrus señala que «cuanto más pequeñas son las poblaciones, más se advierten los cambios». En este sentido, insiste en que Menorca es la isla balear con la tasa de natalidad más baja y que, generalmente, se compensa con la llegada de población extranjera.

Asimismo, con respecto a la relación entre la reducción entre en el número de nacimientos y el descenso en la participación en el proceso de escolarización, Petrus advierte que «también hay que tener en cuenta aquel porcentaje de niños que nacen en la Isla, pero que se mudan con sus familias y escolarizan en otros lugares».

Fomentar la natalidad

«Diseñar políticas que permitan a los jóvenes planificar una estrategia de vida y un futuro seguro» es la solución que, desde el punto de vista de Petrus, podría poner fin a esta problemática. «Garantizar que tengan una vivienda y un trabajo estable, entre otras cosas, favorecería que decidieran ser padres», asegura.