Izado de una embarcación en el varadero de Maó mediante un camión. | Gemma Andreu

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El varadero de Maó vuelve a estar operativo y actividades como el izado de barcos mediante grúas de camiones se realiza con normalidad, según informa Decoin, gestor de estas instalaciones desde la semana pasada. La actividad estuvo mediatizada, no obstante, por falta de personal y, entre este, operarios cualificados para el travelift, pero ha sido contratado un maquinista del gestor anterior y el miércoles ya se izó del agua un barco de 16 metros que tenía contratado un transporte especial en camión góndola.

Otras dos personas encargadas del control de acceso han sido subrogadas y dos más han sido contratadas para ser formadas como operadores de travelift a cargo del maquinista contratado en Barcelona, que se desplaza para esta tarea. «Queremos que haya más de una persona preparada para manejar la máquina», declara Paco Llobera, representante de Decoin.

Entre sus objetivos inmediatos figura la adquisición de un travelift más pequeño para el segundo foso y más maquinaria. Resulta urgente también disponer de puntales, apoyos, cuñas y material para la varada de barcos.

Es el punto más crítico tras la retirada obligada por Autoridad Portuaria del antiguo gestor, Med Sea Yachts. No hubo acuerdo en la negociación para que este continuara prestando servicios para el nuevo titular «y estamos gestionando la compra de maquinaria de segunda mano, pero está fuera de Menorca», señala.

Se atiende con un retraso de tres días

Llobera reconoce que hay bastante presión de los usuarios que demandan el izado de embarcaciones y que se les está atendiendo todavía con un retraso medio de tres días, «pero no se nos ha transmitido ninguna queja por parte de Autoridad Portuaria o de los clientes», matiza.

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El trabajo saldrá adelante, aunque necesitarán más tiempo del habitual en esta temporada, «estamos dando soluciones, hay que tener en cuenta que hemos entrado en una instalación que no hemos visto desde hace tres años cuando concurrimos a la convocatoria para la concesión», afirma.

En juego la concesión por 23 años

La concesión del varadero por un plazo de 23 años es precisamente lo que ahora está en juego. La autorización de ocupación temporal (AOT), que es la fórmula jurídica utilizada por Autoridad Portuaria para esta gestión provisional, concluye el 30 de junio.

De considerarse válido el resultado del concurso convocado en octubre de 2018 y resuelto en enero de 2020, Decoin estaría en condiciones de firmar la adjudicación. Con esa hipótesis trabaja la empresa al asumir la gestión por estos diez meses próximos y, lo que parece más importante, es también la apuesta, avalada por sus servicios jurídicos, de Autoridad Portuaria.

Fuentes de esta administración revelan que la AOT actual no es más que un paso intermedio para preparar la documentación para el contrato de la concesión por 23 años. «La provisionalidad no puede ser permanente», indican desde Autoridad Portuaria.

Al concurso de 2018 acudieron dos empresas, Med Sea Yachts, que ha acabado renunciando, y Decoin, virtual concesionaria.

El apunte

APB desmiente al anterior gestor: «Pretendía cambiar las condiciones de la concesión»

Autoridad Portuaria desmiente la argumentación del anterior gestor del varadero, Med Sea Yachts, que descargaba sobre el ente portuario la responsabilidad sobre el frustrado contrato. «Pretendía cambiar las condiciones de la concesión, no se podía aceptar», aseguraron ayer fuentes de Autoridad Portuaria. Esa sería la razón por la que la respuesta a las peticiones planteadas llegaran tan tarde, aunque no ofrecen más detalles. Med Sea Yachts, la empresa participada por Nautic Center y Pedro’s Boat, aducía, sin en embargo, que quien había cambiado las condiciones era APB al exigir una separación perimetral de cinco metros entre embarcaciones en tierra y tres en el agua, requisitos que no aparecían en las bases del concurso. Autoridad Portuaria no ofrece una respuesta a esta exigencia concreta, aunque sí sobre el encarecimiento de los precios de la construcción, «la concesión se ofrece por un plazo de 23 años. En ese tiempo es normal que aparezcan dificultades no previstas, pero es que ni siquiera las han afrontado en los dos primeros años, tenían un plazo largo para permitir la amortización de las inversiones que habían propuesto», aseguran.