Turistas en Sant Tomàs de camino a la playa, un producto que se promociona por sí solo. | Gemma Andreu

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Entre las patronales, la opinión en torno a la necesidad de la promoción turística de Menorca es más contundente, a diferencia de los socios del PSOE en el Consell, «el éxito de ahora es el resultado de muchos años de promoción, si deja de hacerse, el destino Menorca se cae», asegura María García, secretaria general de PIME. «Si promocionamos tranquilidad y sostenibilidad, hemos de garantizar esa oferta con la infraestructura adecuada, ha de controlarse la afluencia turística, claro que sí, pero antes hemos de conocer la masa crítica que podemos tener», opina Luis Pablo Casals, presidente de Ashome.

La promoción resulta determinante para posicionar el producto y ha de ajustarse a los canales de venta y el del producto que se ofrece. «No es necesario vender sol y playa, se vende por sí solo, es consustancial a las islas mediterráneas, debe darse a conocer y dirigir las acciones a otros segmentos y con otros enfoques, pero la labor ha de ser constante, es funamental para posicionarnos como destino», argumenta García.   

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Casals entiende que la situación de este año es extraodinaria y ha de enmarcarse en el momento postpandemia, «Menorca era la gran desconocida, en dos años no se ha podido viajar al extranjero, el boca a boca ha hecho mucha propaganda de Menorca particularmente en Madrid, pero es una situación coyuntural», explica.

El presidente de los hoteleros menorquines rechaza la propuesta de decrecimiento, «de lo que se trata, y es responsabilidad de todos, una cuestión de estado de Menorca, es determinar las capacidad de carga que podemos soportar», añade.

Tanto García como Casals desvinculan la aparente masificación de las acciones promocionales. El responsable de Ashome lo atribuye a la «oferta alegal, que crea tensión durante dos meses», apunta.