Los ponentes y organizadores de la Jornada de Actividad Física y Salud, celebrada en la Escola de Salut Pública de Menorca, en el Llatzeret

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El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo y se estima que en 2040 afectará a 37 millones de pacientes. La evidencia científica que describe los beneficios del ejercicio físico en el tratamiento de esta enfermedad, y al revés, los riesgos de la inactividad o el sedentarismo, se remonta a finales del siglo pasado. Pero es en la última década cuando ha habido una acumulación sustancial de estudios y bibliografía, siendo ejemplo reciente de ello la «Guia de Prescripció d’Exercici Físic per a la Salut», publicada por la Generalitat de Catalunya en 2022, y para un total de 72 enfermedades crónicas.

Las recomendaciones incluyen ejercicios de tipo aeróbicos, de fuerza muscular o flexibilidad, estiramiento y movilidad articular, así como de tipo neuromuscular. El concepto prescripción, de hacer esta actividad física bajo supervisión médica y a través de equipos multidisciplinares, es relevante, y sobre ello se basó la Jornada de Actividad Física y Salud, que en su IX edición, este lunes, en la Escola de Salut Pública de Menorca, estuvo centrada en el paciente oncológico.

El doctor Fernando Salom, responsable del Gabinet de Medicina Esportiva del Consell Insular y del programa Menorca Borina, y coordinador de la jornada, junto al doctor Daniel Brotons, de la Secretaria General del Deportes y de la Actividad Física de la Generalitat de Catalunya, enfatizaron sobre una nueva mirada necesaria por parte de los profesionales de la salud. Y junto a ello, en los beneficios de una política sanitaria de acciones transversales, que implica la coordinación asistencial entre distintos ámbitos o unidades disciplinares.

Menorca es, a través del programa Borina, un ejemplo de ello, con actividades enfocadas a la promoción del ejercicio físico para mejorar la salud de las personas con patología crónica. Desde el año 2019, en colaboración con el Servicio de Oncología del Hospital Mateu Orfila, se desarrollan unidades de prescripción de esta actividad para pacientes oncológicos, basados siempre en las recomendaciones de las publicaciones médicas y llevadas a cabo por profesionales expertos. Se desarrollan en los polideportivos municipales de Maó, Es Mercadal y Ciutadella, y la intención es llegar al resto de la Isla. De momento, 60 pacientes oncológicos se han beneficiado de ello. Y, precisamente, para hablar de sus beneficios, la jornada contó con la experiencia desde las consultas, con las ponencias de la doctora Yashmin Afonzo y la psicóloga Nike Moyano, jefa del Servicio de Oncología y psiconcóloga, respectivamente, del ‘Mateu Orfila’.

«El ejercicio debe ​tenerse en cuenta en el arsenal terapéutico del cáncer», afirmaba la doctora Afonzo, enumerando su influencia en la respuesta inmunitaria,​ en el dolor, en la disminución de la fatiga o en los efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia, mejorando, además, la capacidad funcional y la autoestima, si bien los beneficios psicológicos fueron expuestos con mayor detalle por parte de la psiconcóloga Nike Moyano. Afonzo reiteró ​en la necesidad de ​estos programas de ejercicios físicos, avalados por el oncólogo, y en función de cada paciente, para un tratamiento seguro. ​

«La ​autoestima​ es este mal amigo que no te saluda cuando las cosas no te van bien», expresó Nike Moyano, para dar cuenta de la situación personal con la que llegan los pacientes de cáncer a las consultas de psicooncología; con roles vitales desmontados, a partir de una autopercepción de personas enfermas, con sensación de soledad y distintos síntomas como depresión o ansiedad. Los programas de ejercicio físico consiguen no solo poder salir del aislamiento y de la mirada centrada en el cuerpo enfermo, sino empezar a romper los esquemas mentales sobre las propias limitaciones; en unión con otros enfermos, para construir salud desde el autocuidado, un precepto basado antes en el reposo para este tipo de pacientes y hoy dirigido a la acción.

Desde el Hospital Mateu Orfila intervino también el doctor en Farmacia Gabriel Mercadal, poniendo sobre la mesa el problema de la polimedicación con distintos fármacos de personas con enfermedades crónicas, con interacción entre estos y efectos secundarios, y la necesidad de la deprescripción para ajustar la medicación a la que realmente necesita cada paciente. Aquí es donde tiene importancia la inclusión del ejercicio físico, alternativa como terapia sustitutiva o adicional a los medicamentos, y que de forma pautada consigue buenos resultados en pacientes con artrosis, diabetes o en el número de infartos, con el ahorro en el gasto sanitario que lleva implícito. «Todos los profesionales deberíamos estar habilitados y motivados para ofrecer pautas de ejercicio físico bajo la tutela de médicos especialistas en medicina del deporte», afirmó.

La jornada contó asimismo con la ponencia del médico del deporte Fernando Herrero, quien desde la Fundación GAFyS-Cáncer, de Miranda de Ebro, expuso los componentes y características de su programa de ejercicio físico para pacientes oncológicos. La médica del deporte Montserrat Bellver, por su parte, desde el Hospital Consorci Sociosanitari Mútua de Terrassa, presentó el programa intrahospitalario llevado a cabo aquí por un equipo multidisciplinar.