En el Mercat des Peix, a fin de mes habrá dos paradas menos y una gran reducción de oferta. | Josep Bagur Gomila

TW
18

El martes dejará de faenar la «Vicenta» y a finales de mes lo hará la «Valldemossa». Es así que, solo una de las tres barcas de arrastre con base en el puerto de Ciutadella, podrá continuar pescando hasta la campaña de Navidad, al haber agotado el cupo de 150 días fijados para este 2022. Mientras, en el otro extremo de la Isla, las tres embarcaciones del bou de Maó prevén llegar hasta final de año y poder, así, suministrar pescado.

«La cuota va cada año a menos, empezó en 180 días, luego fueron 170 y este año 150». Así lamentaba ayer Xavier Marquès, el presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella y patrón de la «Vicenta», esta norma europea que no hace sino «meter a todos en el mismo saco» sin distinguir los puertos con pocas barcas. «Mucho hablar del producto de proximidad, pero no paran de ponerle restricciones y cada año es peor».

«Nos quedan dos días» por una normativa que no tiene sentido, porque el caso de Menorca «no tiene que ver con el de Valencia, que tiene treinta barcas». Tanta es la diferencia que «aquí, incluso, hacen falta pescadores».

Algo similar opina Josep Caules, armador de la «Rosa Santa Primera», quien ve que «es una profesión en peligro de extinción, no tiene relevo generacional, no genera interés en los jóvenes». Algo que irá a más con estas directrices que vienen marcadas desde Europa y que «van recortando días de pesca, limitando mucho la actividad y obligando a gestionar muy bien» el calendario. «Nosotros llegaremos a final de año, pero porque alargamos más la varada a principio de año y empezamos más tarde». Y una vez iniciada la actividad, «a veces salimos solo cuatro veces a la semana y no cinco, para ir guardando días».

La tercera barca de arrastre de Ciutadella es la «Valldemossa», que cerrará temporada a finales de este mes. Así lo apunta Francisco Martí, quien ha iniciado la cuenta atrás para cerrar su parada en el Mercat des Peix. «En verano la barca ha podido salir casi cada día, pero no nos dan más margen». Y «ya no volveremos a trabajar hasta marzo; empezaremos más tarde, para intentar acabar más tarde» y, llegar así a final de año.

Objetivo: la campaña de Navidad

En el mercado, donde a finales de año cerrará otra pescadería, observan con preocupación esta medida, que afecta a muchas familias, que viven de la pesca. «Sa Plaça estará vacía, y si hace mal tiempo en diciembre, las barcas pequeñas no podrán salir. Sin las de arrastre, en Navidades no habrá pescado que vender», apunta Queta Bosch, desde la parada de Peix i Marisc Jordi.

Por otro lado, en Maó, todo apunta a que el problema será menor, pues, según confirmaba ayer el gerente de la Cofradía de Pescadores de la ciudad, Biel Morro, «este año, las tres barcas podrán trabajar doce meses; hemos hecho pesca conjunta y pueden cederse días de faena», indica.