El pleno del Parlament balear, reunido en el salón de las cariátides, en una sesión celebrada el pasado 5 de octubre. | Pere Bota

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Cuando a mediados de los años 80 se elaboró la ley electoral, el planteamiento se centró en una representación similar y suficiente de Eivisa y Menorca para moderar el desequilibrio abrumador de Mallorca. Casi cuarenta años después, la población pitiusa es casi un 40 por ciento superior a la menorquina, 152.820 habitantes contra 95.936, según el padrón del INE del año pasado. No se cuenta Formentera, que inicialmente era considerada una unidad con Eivissa y tras la reforma del Estatut en 2007 tiene consell propio y también elige de forma independiente un diputado, que fue restado a Eivissa.

La isla pitiusa viene hablando reiteradamente de esta anomalía y ahora ha presentado un informe jurídico en el que reivindica una representación más justa, adaptada a la realidad demográfica. Menorca observa y escucha, pero no quiere salir perdiendo.

Susana Mora, presidenta del Consell menorquín, entiende el planteamiento, tan legítimo como conocido, y que se ha ido esquivando porque la solución no es sencilla. Es partidaria de circunscribir el debate a la representación de las islas menores en el Parlament, «si se abre el melón, Mallorca siempre tiene las de ganar y también Palma puede reclamar ser circunscripción propia por la misma razón», señala.

El asunto ha vuelto a la actualidad de la mano del informe realizado por Josep Maria Castellà, doctor en derecho constitucional de la UIB, pero tanto los promotores de la reivindicación como todos los consultados sobre la misma admiten que ha de abordarse en el próximo mandato. «Ha de ser un debate sosegado y de grandes consensos sobre el criterio de que las islas menores no salgan perjudicadas. El factor de la proporcionalidad corregida me sigue pareciendo válido», aduce Mora.

Manifiesta que ese acuerdo al que se llegue en los próximos años ha de respetar el número de diputados con que cuenta actualmente Menorca, aunque admitiría que se aumente la representación ibicenca, si esa fuere una condición de consenso.

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Líneas rojas

Desde Més per Menorca, otro de los partidos de gobierno en la Isla, también son tajantes en este punto, «en ningún caso Menorca puede perder representación», afirma Eduard Riudavets, secretario de organización del partido.

Opina que las consecuencias «pueden ser terribles si se rompe el consenso» que en esta materia ha presidido la autonomía balear hasta ahora y recuerda que la representación actual es fruto de la reforma estatutaria de 2007, «que Eivissa aceptó» entonces.   

Precedente constitucional

La reivindicación ibicenca motivó a principios de los 90 un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la distribución de escaños aprobada en la ley electoral del 86 porque concedía más diputados a Menorca que a Eivissa y porque a Formentera le correspondían realmente dos para mantener el carácter de propocionalidad corregida en las islas menores.

El Tribunal desestimó este recurso, que curiosamente habían presentado 56 diputados de AP en el Congreso, el mismo partido que había impulsado la ley balear. El camino parecía despejado desde el punto de vista constitucional, pero 30 años después, el aumento de la diferencia demográfica entre Eivissa y Menorca ha despertado el debate.

Y con este vuelve como siempre la cuestión territorial, tan importante como la poblacional.

Las claves
  1. Más diputados para Eivissa y menos para Menorca

    Entre las alternativas que el dictamen jurídico plantea para corregir el desequilibrio representativo entre las islas menores figura restar diputados a Menorca, que quedaría con 11 o 12, y dar más a Eivissa, que pasaría a 13 o 14 sin alterar el número total del Parlament. Otra plantea aumentar ese número, de 59 a 61, con dos diputados más para Eivissa respetando los 13 que tiene Menorca actualmente.

  2. Menorca tiene más representación que Formentera

    La pitiusa menor tiene un diputado, es decir, un representante por los 12.110 habitantes de la Isla. La proporción de Menorca es de un diputado por 7.432 y la de Eivissa, uno por 12.326, una comparación en la que Menorca sale ganando incluso a Formentera. La relación en Mallorca es de un diputado por 27.000 habitantes, casi cuatro veces inferior a la menorquina.

  3. Una ley electoral de 1986 tres veces modificada

    La constitución del Parlament de les Illes Balears está regulada por la ley 8/1986 de noviembre de ese año, momento en el que se instituyó la proporcionalidad corregida como fórmula de representación y la representación de 13 siputados para Menorca y Eivissa-Formentera. Estos eran a su vez los miembros de sus respectivos consells insulars. Fue modificada dos veces en 1995 y otra en 2002 para entre otras cosas separar la elección al Parlament y a los consells, pero siempre mantuvo el criterio de representación de entonces.