Imagen de la Junta Directiva de Agrame, reunida el pasado viernes.

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La Asociación Empresarial de Explotaciones Agrarias de Menorca (Agrame) ha subrayado este lunes que «no se puede tensionar más a los ganaderos de la Isla con el precio de la leche» y remarca que 70 céntimos por litro es lo que «deberían percibir como mínimo las explotaciones lecheras si se quiere asegurar su viabilidad futura».

La patronal considera «inviable» seguir pretendiendo que «el eslabón más débil de la cadena siga sosteniendo pérdidas de forma continuada». «La industria ha de buscar sus propias soluciones y estrategias comerciales para trasladar los costes reales a la distribución para evitar fijar los precios de arriba abajo. Y que no sea el ganadero el que tenga que soportar las pérdidas y recurrir a ayudas extraordinarias», manifestan en un comunicado.

El Plan Provilac, un «buen instrumento»

Agrame asegura que el Plan Provilac ha sido un «buen instrumento» para conseguir este logro, conjuntamente con las ayudas estatales. «El Plan Provilac volverá a tener un gran peso en 2023, y de él también dependerá en gran medida la evolución del sector, pero la industria ha de seguir aumentando los precios, porque no se puede pretender cubrir el diferencial únicamente con ayudas, que sin duda serán esenciales nuevamente», han apostillado.

En estos momentos, añaden desde la asociación ganadera, «no todas las industrias están realizando el mismo esfuerzo y eso queda patente cuando conocemos que algunas pagan el litro de leche a 42 céntimos y siempre son las mismas industrias que toman la iniciativa de subir el precio».

Agrame se mantiene firme con los objetivos a alcanzar para garantizar la continuidad de las explotaciones de vacuno de leche. En este punto, indican que «los ganaderos deben cobrar por encima del coste de producción, disponer de una renta agraria digna y las explotaciones lecheras han de volver a capitalizarse para poder realizar las inversiones necesarias para seguir siendo competitivas en innovación, tecnología, bienestar animal y sostenibilidad ambiental, teniendo siempre en cuenta su rentabilidad, como cualquier otra actividad económica».

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Se ha frenado el cierre de fincas

Desde la entidad se ha augurado que 2023 será «un año duro y clave para la subsistencia del sector». «Con el trabajo conjunto del sector y la administración se ha conseguido frenar el cierre de las explotaciones de forma masiva, aunque no poner fin a la situación de crisis que se ha incrementado por las consecuencias inesperadas para todos de la guerra de Ucrania», afirman.

Agrame recuerda que Balears siempre está por debajo de la media nacional sobre las entregas de leche cruda y el diferencial mensual cada vez es mayor, 0,064 euros/litro de diferencia entre Baleares y la media nacional en el mes de octubre.

Sobrecoste de la insularidad

Los miembros de Agrame remarcan que son conscientes que dentro del coste de producción está el coste que supone la doble insularidad, y no es imputable a la industria directamente. «El Régimen Especial de Baleares debe equiparar esta desigualdad de condiciones respecto a la Península y en proporcionalidad al resto de islas y la compensación a la doble insularidad debe ser efectiva y garantizada en 2023, y a lo largo del tiempo», han puntualizado.

La organización agraria considera que los ganaderos de Menorca han mantenido una actitud «ejemplar» frente a una situación «insólita» que demuestra su compromiso real con el campo de Menorca.

Peor alimentación de las vacas

En este sentido, han indicado que «los ganaderos menorquines no subsisten únicamente por las ayudas económicas que reciben de las administraciones, ni por el insuficiente incremento de precios que ha habido, sino por la aportación que ellos mismos realizan de forma forzada, a través de la descapitalización al no poder reinvertir, el cambio a una alimentación de las vacas más pobre, la disminución de la utilización de abonos, el incremento de las jornadas de trabajo al no poder contratar personal, el abandono de ciertos trabajos no urgentes pero necesarios en la finca a medio plazo, entre un sinfín de malabares diarios». «Esta situación tiene su límite también», han asegurado.

El equipo directivo de Agrame ha apostado por trabajar conjuntamente con las industrias y la administración canalizando acciones concretas a través del Plan Provilac para reforzar a su vez al sector de una forma bidireccional entre productores e industria.