Dos turistas observan las piezas de queso de la denominación Mahón-Menorca | Josep Bagur Gomila

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El plan Provilac, para apoyar, visibilizar y modernizar el sector lácteo menorquín, se centrará el año que viene en lograr la subida del precio del queso fresco que compran los maduradores a las fincas ganaderas para su fase última de fabricación y posterior comercialización. Los maduradores pagan ahora una media de cinco euros por kilogramo (entre 4,80 y 5 euros) y el objetivo del plan para 2023 es llegar a la cifra aproximada de seis euros el kilo.

Así lo declaró este viernes a «Es Diari» el director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Govern balear, Fernando Fernández, quien afirma que si en 2022 el plan se ha centrado en las entregas de leche cruda a los operadores industriales y en equilibrar su precio, en 2023 «hay que abordar otros dos segmentos, los del queso artesano y el queso fresco que venden las explotaciones a los maduradores». Esa media de 5 euros incluye los costes de fabricación que asume el ganadero, que «ha hecho casi todo el proceso de elaboración con un gasto importante en sus instalaciones, los maduradores lo acaban y ponen el producto en el mercado», señala Fernández, quien recuerda que para producir un kilo de queso se utilizan entre 8 y 9 litros de leche.

Los precios «no se pueden pactar», esos 6 euros por kilogramo son una aspiración y un objetivo para el Provilac del próximo año, añade el director general.

Valorar el queso artesano

La Conselleria también apuesta por que el queso artesano de la denominación de origen Mahón-Menorca se pague más caro, «al precio que le corresponde porque es un producto gourmet, de alta gama, y el consumidor está dispuesto a pagarlo, lo sabe, no se le está engañando», explica Fernández.

En este sentido, el director general de Agricultura y Ganadería señala que si se analizan los precios de otros quesos artesanos con denominación de origen en España, su precio medio está en torno a los 18 o 20 euros el kilogramos, cuando el queso Mahón-Menorca oscila entre los 14 y los 16 euros el kilo. «No se puede elaborar un queso de alta gama y calidad y luego reventarlo en precio, no tiene sentido económico ni comercial», subraya.

Fernández entiende no obstante la precaución de los payeses a la hora de subir precios, «porque creen que no se lo comprará el mercado», pero para el director general ha llegado el momento de «tomar riesgos y buscar la manera de diferenciarse, porque es un queso extraordinario, cuando lo conocen, sorprende, es singular y hay que ponerlo en valor», concluye.

En cuanto a la evolución del sector, los precios de la leche líquida han subido en toda España, en 2022 la industria se comprometió en pagar más al ganadero, con una media que ahora se sitúa en torno a los 0,498 euros el litro. Sin embargo apenas ha habido movimiento en el precio del queso y los productos lácteos, esa ha sido la tónica en el sector, «no somos ajenos a los que sucede en el resto de España y en Europa», apunta Fernández, «las claves son las mismas», por eso considera que a lo largo de 2023 esos segmentos del queso artesano y el queso que se vende a los maduradores «debe mover el precio, hay que abordarlo para que se dé un cambio cualitativo», sentencia. Para Fernández tanto ganaderos como queseros e industriales menorquines así como las administraciones deben consolidar las subidas de precios alcanzadas.

El apunte

El sector afronta las trabas de las grandes superficies

En las reuniones celebradas entre las queserías para tratar el tema del precio del queso fresco que pagan los maduradores no ha habido acuerdo todavía. La intención es que ese precio suba pero no hay nada decidido. En calidad de madurador Bosco Triay, quien ostenta la presidencia del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (CRDO), manifestó este viernes que «si la leche sube, tenemos que ir hacia ese objetivo (la subida también del precio del kilo de queso fresco)», pero añade, «eso será viable siempre y cuando el mercado lo acepte». El consejo «solo vela por la calidad del queso y su promoción», destacó como presidente del órgano de gestión de la denominación protegida, y los precios del queso son «una decisión particular de cada empresa, aunque normalmente va en relación con el precio de la leche», apuntó.

Otro madurador, Nicolás Cardona, opina que «para que no cierren más granjas habrá que pagar esos seis euros» pero indica que el principal problema con el que se encuentran los maduradores son las grandes superficies «que no lo admiten».

Según este empresario quesero algunos maduradores han pasado de pagar 4,85 euros a 5 euros el kilogramo de queso que producen los ganaderos, pero esa diferencia la sustentan ellos, no ha tenido un retorno por parte de las distribuidoras alimentarias, aunque sí por otros supermercados más pequeños.

«Supongo que esa subida llegará pero ahora pagamos 5 euros por kilo de queso al payés y en las grandes superficies no lo podemos repercutir», asegura Cardona.

47 queserías

El consejo regulador tiene inscritas 47 queserías, seis de ellas industriales, y 104 ganaderías suministradoras de materia prima. Un requisito para estar de alta en el registro del CRDO es contar con locales de maduración, pero no todas las queserías realizan el proceso completo, parte de su producción va a otras empresas para la maduración. Por otro lado, hay empresas que solo maduran el queso que compran a las fincas, Mercadal, Sant Patrici, Torralba, Quintana y Sa Cooperativa del Camp son maduradores y comercializadores.

Muchas queserías realizan venta directa, un segmento de la producción en el que la Conselleria de Agricultura y Ganadería, con el nuevo plan Provilac, quiere incidir.