Tras tener, durante varios años, su base en los muelles de Marina Port Mahón, el yate del grupo que dirige Laurent Morel-Ruymen abandonó el puerto menorquín en 2021 después de cerrarse su venta. Fue entonces cuando su nueva propiedad trasladó la nave hasta los prestigiosos astilleros Giangrasso, en Viareggio, ciudad costera de la provincia de Lucca, en la Toscana italiana. Es allí donde el «Menorca» ha cobrado una nueva vida, después de un intenso y prolongado trabajo.

A cuatro manos
Los detalles de esta operación renove los aporta la publicación «Super Yacht 24», que en un reportaje se hace eco de los orígenes de este antiguo ballenero, denominado inicialmente «Zurga», construido en 1961 en los astilleros holandeses Botje Ensing & Co. Fue en 2004 cuando el buque fue reconvertido en megayate, llegando a transportar a personalidades de la realeza, la política y las finanzas. Luego, en 2017, Mare e Terra hizo otro reacondicionamiento.
Así lo expresan desde el estudio de arquitectura Piemonte Samsarelou Architects (PiSaA), encargado del rediseño de los interiores, los espacios comunes y las cubiertas del yate. Cuenta con cuatro cubiertas, un camarote principal, un camarote VIP, cinco habitaciones para invitados y estancias para acoger hasta once tripulantes.

PiSaA y Giangrasso han trabajado mano a mano para restaurar una embarcación que, según el propietario del astillero, Bartolomeo Giangrasso, ha requerido casi dos años de labores.
Y es que en Viareggio el «Menorca» fue prácticamente vaciado en su totalidad, para reconstruir «completamente las cubiertas de teca, los interiores, la sala de máquinas y el puente, así como el sistema eléctrico y las tuberías». También se acometió el arenado completo del casco, para posteriormente repintarlo, y se han instalado nuevos motores.
En Super Yacht 24, Giangrasso explica que el «Menorca», a partir de ahora «enarbolará bandera italiana», aunque «también» podrá hacerlo con la de Malta, que portaba hasta ahora.
Con la reconstrucción realizada, el navío que fue estampa característica en el puerto de Maó los últimos años, podrá «también cruzar el Atlántico y navegar en los Estados Unidos, cumpliendo con las regulaciones estadounidenses».

Desde los astilleros italianos aseguran que este ha sido «uno de los proyectos más exigentes en los que hemos trabajado hasta ahora, en algunas partes, el barco estaba bastante comprometido y prácticamente fue reconstruido, a partir del escaneo general de su estructura», señala Giangrasso, sobre este buque que alcanza los 14 nudos y tiene un calado de 3,35 metros.
El apunte
Del ‘Menorca’ al ‘Ciutadella’ para navegar por el Mediterráneo
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