Un pescador muestra sus capturas a la llegada al puerto de Fornells, en una imagen de archivo. | David Arquimbau / Efe

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Nueva restricción a la pesca profesional de Menorca. Las barcas que estén dedicadas a la captura de la langosta verán reducido el tiempo de calada de los trasmallos de 48 a 24 horas por un cambio de normativa que ya ha entrado en vigor. El artículo 7 de la Orden APA/201/2023, de 26 de febrero, por la que se establece un plan de gestión para la pesca de la langosta en las aguas exteriores adyacentes a Balears, especifica que «los buques que desarrollen la pesquería podrán tener calados los artes de trasmallo dedicados a la captura de langosta con un tiempo máximo de veinticuatro horas continuadas de calamento en la mar, debiendo ser levantados de dicho calamento antes de transcurrido este tiempo y pudiendo permanecer a bordo del pesquero».

La normativa, que ya ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ha levantado ampollas en el sector pesquero de la Isla, especialmente en aquel centrado en la modalidad de artes menores, de marcado carácter artesanal, que advierte de las consecuencias en el número de ejemplares capturados y en el precio de los mismos. «Esta nueva limitación nos afectará de lleno, disponer de la mitad del tiempo hará que las capturas de langosta vayan a la baja», avisa Ricard Riera, presidente de la Cofradía de Pescadores de Fornells. Riera estima que se reducirá a la mitad la pesca de esta especie de crustáceo para comercializar y critica que la modificación del tiempo de calada de los trasmallos se produce sin justificación alguna y tras varias temporadas que confirman «un incremento de capturas con las mismas barcas».

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Una subida de los precios

Coinciden en esto Xavier Marquès, presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, y Martí Mata, presidente de la Cofradía de Pescadores de Maó. Aunque es difícil hacer predicciones, explica Mata que la menor cantidad de langostas disponibles supondrá el aumento del precio del producto, más aún teniendo en cuenta el alza en la demanda que se produce, especialmente, en verano, con la llegada de turistas de calidad y una mayor capacidad de gasto. «Nosotros no queremos esto, pero no queda otra si la captura falla», reconoce, al mismo tiempo que resalta que «el gremio de pescadores se extingue, no hay relevo generacional y con tantas trabas es difícil encontrarlo».

A las restricciones de la Unión Europea para las embarcaciones de arrastre se suma ahora esta nueva limitación para las embarcaciones de artes menores. Subraya Martí Mata que precisamente «los pescadores de artes menores viven de la captura de las langostas durante cinco meses» y se pregunta «qué pasará con ellos ahora que se reducirá el tiempo de calada de los trasmallos y la captura de ejemplares». Si bien el sector pesquero es partidario de que haya intención de regular la actividad para que no haya sobrepesca, no entiende el «afán de proteger tanto» cuando «no hay una alarma que indique que algo está yendo mal, sino todo lo contrario».

Inicio de temporada

La apertura de la veda de la langosta el pasado 1 de abril no ha ido acompañada de un clima favorable. Esto ha impedido que haya, a día de hoy, resultados notables y las distintas cofradías esperan mejorar las capturas más adelante. Tienen hasta el 31 de agosto para hacerlo. Mientras tanto, aprovechan también para cerrar satisfactoriamente la temporada de pesca de la sepia.