El Ayuntamiento de Maó ya dispone de un plan propio de emergencia ante la sequía. | Gemma Andreu

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Únicamente tres de los ocho municipios de Menorca pierden menos agua en la red de distribución que el límite marcado para 2025 por el nuevo Plan Hidrológico que está elaborando el Govern balear. Los otros cinco están por encima. La Dirección General de Recursos Hídricos del Ejecutivo autonómico obliga a reducir en tres años las fugas hasta un máximo del 25 por ciento, pero únicamente Sant Lluís (16,8 por ciento),    Alaior (17,1) y Maó (17,5) cumplen ya este precepto.

Ciutadella (26,7 por ciento) y Es Castell (25,7) aún sobrepasan levemente este límite, pero han logrado avanzar considerablemente a lo largo de la última década. En 2011, Ciutadella perdía casi cuatro de cada 10 litros que distribuía entre la población, mientras que las pérdidas en Es Castell superaban el 34 por ciento.

Municipios más afectados

Pero hay tres municipios, justamente los más pequeños de Menorca, que distan todavía mucho de poder cumplir el techo máximo de fugas marcado por el Govern. Es Mercadal aún desaprovecha el 30 por ciento del agua, Es Migjorn Gran el 33 por ciento y Ferreries supera el 43 por ciento en pérdidas, su peor registro de los últimos 22 años.

Tamaña estadística es resultado seguramente de la grave crisis de abastecimiento padecida por Ferreries el verano pasado cuando, a raíz de una avería en la canalización principal del municipio, permaneció tres días consecutivos en agosto sin poder suministrar agua a la población.

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Alerta desde el Govern

La directora general de Recursos Hídricos del Govern balear, Joana Garau, se muestra «muy preocupada» por estos datos y pide al Consell insular que «ayude a los municipios más pequeños, que son los que más agua malbaratan pero menos medios tienen para poder poner en marcha los proyectos de detección y reducción de fugas que se requieren».

Estado de la red y acciones

Ya en 2021 los datos de la Encuesta de Infraestructura y Equipamientos Locales accesible a través de IDE Menorca revelaban que gran parte de las instalaciones que facilitan que el agua efectúe su recorrido desde el punto de captación hasta el lugar de consumo presentaba alguna o varias deficiencias, como falta de presión, averías frecuentes o fugas de agua.

Desde entonces, varios ayuntamientos han dedicado tiempo y dinero para solventar estos problemas. Es el caso de Ciutadella, que reparó el año pasado más de un centenar de fugas en su red de agua potable y ha pasado de ser uno de los municipios con mayor porcentaje de pérdidas en su red a sobrepasar levemente el límite fijado para 2025.

Situación autonómica

Con todo, la situación general de Menorca con respecto a las fugas de agua en la red de distribución es más óptima que la del resto de islas, con la excepción de Formentera, donde solo se pierde el 12 por ciento del agua que se suministra. La fuga media de agua en la red es en Menorca del 24,07 por ciento, por el 25,4 por ciento de Eivissa y el 26,84 de Mallorca.

Los datos actualizados de 2022 que recientemente ha dado a conocer el Govern balear también confirman que Ciutadella consume poco más de un tercio del agua que se saca en Menorca tanto de pozos como de la desalinizadora. En total, más de 3,1 hectómetros cúbicos al año, por los casi 9,3 del conjunto de la Isla.

El apunte

Garau urge a «tomar medidas para evitar otro verano con sequía»

Recursos Hídricos avisa a los municipios que cabe alargar la situación de prealerta por sequía y reducir el consumo para evitar quedarse sin agua al final del verano. «Se presume una temporada igual de cálida que el año pasado e incluso con una mayor llegada de turistas, por lo que cabe tomar medidas», advierte la directora general. Joana Garau da por hecho que «la demanda será elevada y cabrá gestionarla con acierto. Hay que evitar que volvamos a caer en una situación de sequía técnica».

En el caso de Menorca, llama la atención especialmente a Ciutadella y Sant Lluís, «los dos extremos» de la Isla más castigados por la presión turística y donde, precisamente «los acuíferos se encuentran más sobreexplotados».

Según Garau, «cabe tomar medidas como las que está aplicando el Ayuntamiento de Maó, que cuenta con su propio plan de emergencia ante la sequía y ya ha anunciado que restringirá la presión del agua en sus canalizaciones».