Imágenes del proyecto arquitectónico que acompaña la iniciativa del Consell que ha obtenido fondos Next Generation | La mar d'arquitectes

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La escuela agraria Sa Granja podrá ampliar su oferta educativa,    con Formación Profesional de grado superior y capacidad para albergar módulos universitarios, con la transformación del actual centro de capacitación en un hub agroalimentario de alcance internacional. En la actualidad el centro ya ofrece formación reglada, el ciclo de Grado Medio de Técnico en Producción Agropecuaria.

El proyecto Sa Granja International Rural Hub, iniciativa impulsada por el Consell de Menorca con la colaboración del estudio La Mar d’arquitectes, ha logrado una subvención de 3 millones de euros de fondos europeos, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno central, ayuda económica fundamental para su viabilidad ya que el presupuesto total de la idea supera los cinco millones. La ayuda está incluida en la Línea 2 del programa estatal, destinada a edificios para rehabilitar cuya recepción de obra tenga lugar como máximo el 31 de marzo de 2026, dotada con 350 millones de euros.

El proyecto es uno de los cuatro en toda España que ha recibido el máximo de ayuda otorgable, tres millones, de entre las 871 propuestas presentadas y las 171 que resultaron elegidas. El Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos (PIREP, Línea 2) del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana se financia con fondos europeos Next Generation. La gestión del proyecto se coordina desde el departamento de Economía del Consell de acuerdo con el diseño realizado por La Mar d’arquitectes.

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Para uno de los autores del anteproyecto arquitectónico que ha acompañado la solicitud del Consell, Toni Vidal, esta ayuda de fondos europeos para el centro neurálgico agroalimentario en Sa Granja constituye «un hecho de enorme relevancia para el sector primario de la isla, por la cuantía económica que representa» y por el impulso que puede dar al desarrollo del campo insular. El hub agroalimentario contribuirá, añade Vidal, «al desarrollo, la investigación y la divulgación» sobre un sector, el primario, que afronta dificultades para su supervivencia.

Vivero de empresas

Las actuales instalaciones de Sa Granja, en la carretera de Es Grau, albergarán también, de acuerdo con este anteproyecto arquitectónico, una incubadora de empresas agroalimentarias, y diferentes módulos de los edificios se destinarán al fomento del tejido asociativo del sector y a oficinas del departamento de agricultura y ganadería del Consell.

La concesión de la subvención se acaba de hacer pública, por lo que el cronograma inicial deberá revisarse. Eso sí, el plazo para que la obra concluya y que es una de las condiciones de la concesión de la ayuda se mantiene, es marzo de 2006. Ahora se abre una fase en la que el Consell debe convocar un concurso de ideas, del cual saldrá el proyecto definitivo ganador y a partir de ahí, echará a andar el proceso administrativo con el trámite de licencia y licitación de obras, inicialmente previsto para el año 2024. Es en ese momento cuando deberían comenzar a ejecutarse los trabajo para reconvertir las instalaciones de Sa Granja en un centro que concentre a agentes clave del sector agroalimentario.

El apunte

Ahorro del 84 % en gasto de energía no renovable

El proyecto original desarrollado para el Consell por la firma Agroassesor en 2020 contempla Sa Granja Rural Lab como un centro que sea motor de transformación del campo insular. Desde el punto de vista arquitectónico, la reforma de las instalaciones incide en la eficiencia energética ya que esta era una de las condiciones básicas para acceder a la ayuda europea. De este modo, el diseño de La Mar d’arquitectes logra una gran reducción del consumo de energía primaria no renovable, un ahorro del 84,4 por ciento y una certificación energética A. Partiendo de un consumo de 179,19 kilowatios por metro cuadrado al año, el proyecto obtiene un consumo de 27,95 kilowatios por metro cuadrado al año con su propuesta de intervención.Esto es gracias a una adición de estructuras de madera laminada superpuestas sobre los volúmenes originales, que generan una envolvente pasiva de policarbonato y vidrio, captadora en invierno y ventilable en verano.

Además se genera una envolvente con aislamiento de corcho de doce centímetros bajo soleras, fachadas y cubiertas, lo que junto a la estructura superpuesta limita la demanda de energía. En cuanto a la generación de electricidad, se consigue mediante tres vías de renovables: placas fotovoltaicas, calderas de biomasa a partir de restos de cultivos, y reactores de biogás que utilizarán el metano que emiten las heces de la ganadería. Una apuesta por el cierre circular de los recursos del lugar.

Sobre la estrategia hídrica, se aprovechan las características del edificio y se genera una recogida de agua de lluvia mediante aljibes, para la descarga higiénica y la aspersión ambiental de espacios semiexteriores; asimismo se contempla la recogida de aguas de escorrentía del terreno, en un gran aljibe para el riego de cultivos que así lo precisen, y la limpieza de las instalaciones ganaderas del futuro centro de San Granja.