En Son Xoriguer han emergido las rocas | Katerina Pu

TW
26

Los comerciantes de Son Xoriguer expresan su malestar por la falta de arena en la cala del sur de Ciutadella, lo que provoca, a su vez, que asome una mayor cantidad de piedras y rocas. Una situación que dificulta la presencia de bañistas, que acaban buscando playas alternativas, ante la incomodidad que representa.

En los negocios de la zona reciben habitualmente quejas de los turistas, que expresan que es difícil encontrar un hueco para colocar las toallas y poder disfrutar de la cala con tranquilidad. «Hay demasiadas piedras y la gente no sabe donde ponerse», exponía este jueves Ángel Domínguez, del Restaurante Neptuno. Tan es así que «está bajando el número de visitantes», de ahí que «los empleados están incluso apartando rocas para crear espacios». Es el modo de intentar evitar que «se vayan a otro lugar», apuntaba, a la vez que reivindica una intervención «del Ayuntamiento, pero pasa de todo».

También en el Restaurante Neo reciben quejas, pero son conscientes de que «las piedras no se pueden quitar». Sin embargo, esto hace que «la gente no venga a la playa», por lo menos, con el volumen que desearían. «La gente se queja, porque no quiere estar con las piedras, y se van», asegura David Finoccio, quien aprecia un descenso de visitantes en el inicio de la temporada.

Estado natural

Las calas de Son Xoriguer y Es Platjals tienen la particularidad de que son «tremendamente variables de un año para otro», pudiendo llegar a perder en pocos meses la mitad de su superficie (de 4.000 a 2.000    metros cuadrados). «La línea de costa puede variar 18 metros», expone David Carreras, director del Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam), organismo que el año pasado presentó un estudio sobre la evolución de la línea de costa de las playas menorquinas. Mientras Son Xoriguer tiene una mayor superficie de arena, Es Platjals (el tramo más occidental) está limitado por la zona de rocas y «cualquier temporal, por pequeño que sea, hace que la arena quede sumergida». Algo que «no se puede evitar» y que no es preocupante a nivel ambiental «mientras la arena quede en el sistema de la playa», es decir, que no se desplace mar adentro. En cualquier caso, este arenal de Son Xoriguer «no está bien conservado, es un sistema muy alterado, lo que no ayuda a conservar la arena».

De todos modos, comparativamente con otras playas como la de Cala Blanca, que de 1956 a 2021 ha visto como el mar se ha adentrado 30 metros, en estas calas del sur el retroceso ha sido de apenas 2,9 metros, por debajo incluso de la media de las playas menorquinas, que es de 4,8 metros.