La temporada 2023 no está cumpliendo con las expectativas de buena parte del sector hotelero, que el año pasado vivió un año excepcional, pero que en esta campaña está encontrando muchas más dificultades para colocar en el mercado las camas que todavía tienen libres | Katerina Pu

TW
50

Descuentos, promociones y ofertas especiales están empezando a proliferar en plena temporada alta en los canales de comercialización de muchos establecimientos hoteleros, que están viendo como la temporada no termina de cumplir con las expectativas. Después de la excepcional campaña turística de 2022, en la que Menorca prácticamente se vendía sola, la agresiva competencia de otros destinos –desde el sector hacen mención especial a Grecia–, la ralentización de reservas sobre todo del mercado nacional, y la presión de los turoperadores están obligando a volver a entrar en la guerra de precios.

La «burbuja» –como la describen fuentes hoteleras consultadas– de la pasada temporada parece que se ha deshinchado. Menorca estaba de moda, había una fiebre por venir a la Isla que se ha calmado. Fue un «espejismo», aseguran. Ahora el paradigma de la temporada es mucho más parecido al del año 2019. No fue un mal año turístico en términos de ocupación, ni mucho menos, pero fue una temporada mucho más estacional y sin la llegada en masa del mercado nacional, al que muchos están echando en falta para terminar de llenar las camas vacías de sus establecimientos.

Empresarios hoteleros ya advertían en primavera de que las grandes expectativas que se estaban generando desde la administración, basadas en las previsiones de incremento de asientos para llegar a Menorca, podían ser demasiado optimistas. Hay que tener en cuenta dos factores. Por un lado, que se trata de eso, previsiones que pueden ser modificadas. Y, en segundo lugar, que una cosa es la capacidad aérea y otra los viajeros reales que terminan alojándose en la planta hotelera. El temor a que turoperadores desvíen vuelos a otros destinos con precios más competitivos es real y recuerda a escenarios prepandemia.

Noticias relacionadas

Desde la Asociación Hotelera de Menorca estiman que la ocupación prevista para los meses de julio y agosto será algo superior al 85 por ciento en términos medios. El año pasado, en esos dos meses punta de la temporada se terminaron registrando unas ocupaciones medias del 88 por ciento y el 92,3 por ciento respectivamente.

La sensación, visto el ritmo de reservas, es que no se llegará a esos niveles de ocupación, aunque cabe tener en cuenta que el sector del alojamiento es muy heterogéneo, cada establecimiento sigue sus propias estrategias de comercialización y hay hoteles que obviamente van mucho mejor que otros. Los más perjudicados parecen ser aquellos que han confiado la comercialización a previos elevados enfocados al mercado nacional, cada vez más abocado a las reservas de última hora, más si cabe en un año en que las elecciones parecen haber frenado las reservas. Desde el sector detectan que se empiezan a reactivar, pero a un ritmo lento que deja dudas.

Tramo final con dudas

Cuando arrancó la temporada eran muchos los empresarios que este año tenían pensado incluso retrasar el cierre de establecimientos al mes de noviembre. Esa idea se está enfriando cada semana que pasa, viendo como la oferta de vuelos para ese mes se ha desinflado. Ni tan siquiera Vueling quiere seguir volando entre Reino Unido y Menorca a pesar de contar con una importante ayuda pública de la Fundación Foment del Turisme de Menorca. Las reservas para el último tramo de la temporada están llegando muy tímidamente.

El apunte

Los problemas para encontrar personal no impiden que aumente la afiliación

Desde el sector hotelero aseguran que encontrar personal ha vuelto a ser el gran problema para esta temporada, lo que no ha impedido que, según los datos de la Seguridad Social, el número de afiliados al sector del alojamiento haya crecido en relación a la pasada temporada. En concreto al acabar el mes de junio el número de trabajadores ha aumentado un 7,9 por ciento. Algunos hoteleros incluso celebran no haber podido contratar a más personal, visto que el volumen de trabajo no está siendo el esperado.