Panorámica de la Illa de l’Aire, frente a la costa de Punta Prima, en Sant Lluís. | Katerina Pu

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El campo de boyas ecológicas de la Illa de l’Aire contará con una franja perimetral de fondeo prohibido de 100 metros. Así lo ha dictaminado la Comisión Balear de Medio Ambiente en su informe de impacto ambiental, donde expone los condicionantes que regirán sobre la instalación prevista en el lado norte del islote.

En el Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB) de este sábado se ha publicado la resolución con el informe de impacto ambiental para las boyas ecológicas previsto frente a la Illa de l’Aire. Proyecto al cual da vía libre una vez que «no se prevén impactos ambientales considerables» si se siguen las «medidas preventivas y correctoras» durante su ejecución.

Este perímetro deberá estar balizado y contar con vigilancia para el control de los fondeos, impidiendo amarres entre las boyas y la costa.

El informe autoriza las 23 balizas previstas, 13 para barcas de hasta ocho metros de eslora, siete para embarcaciones de hasta 15 metros, y otras tres para naves de entre 15 y 20 metros. Unas boyas con anclajes preferentemente de taco químico en los fondos rocosos y de manta-ray o sistema helicoidal-helix en los arenosos.

Teniendo en cuenta que la Illa de l’Aire está dentro de la zona de máxima protección ambiental, los anclajes se situarán en los claros que haya entre la posidonia. A la hora de colocarlos se hará una inspección, por si hubiera ejemplares de nacra (tanto de Pinna nobilis, como de Pinna rudis), molusco en situación crítica. Igualmente, se comprobará que no hay presencia de cetáceos, aves ni tortugas marinas, y las líneas de anclaje que unan los ‘muertos’ con las boyas serán de poliéster, con el fin de que floten, y no de cadena para impedir que se posen sobre el fondo.

A la vez, se retirarán los anclajes antiguos, siempre que hacerlo no afecte a la flora marina. Unas labores que precisarán de una «cortina o barrera protectora antiturbidez», para no afectar los prados de posidonia.

En cualquier caso, la Comisión de Medio Ambiente expone que «el mantenimiento del campo de boyas a lo largo de los años se supeditará a que su uso no cause una disminución del número de ejemplares nidificantes» en la Illa de l’Aire.

El apunte

Se podrá desembarcar en el islote, pero solo para ir del embarcadero al faro

En el campo de boyas de la Illa de l’Aire se permitirán amarres de un máximo de 48 horas y al menos seis balizas serán para estancias cortas, de mañana o de tarde, «a un precio significativamente más reducido que el precio diario», fija el Servicio de Planificación en el Medio Natural. Además, habrá un vigilante exclusivo para la Illa de l’Aire, que advertirá «de palabra» sobre la prohibición «de gritar o emitir ruidos fuertes» y que, «en caso de querer desembarcar a tierra, únicamente se podrá ir desde el embarcadero al faro, por el camino existente». Eso será, sin perros, sin poder «alimentar las sargantanes», ni utilizar ningún tipo de altavoz, ni volar drones. Ports deberá editar un folleto con las normas de comportamiento exigidas, en catalán, castellano e inglés, que se entregará a cada usuario del campo de boyas. Además, y con el fin de reducir riesgos para la fauna y la flora marina, se llevará a cabo una labor de concienciación, sobre el valor del entorno y las precauciones a tener en cuenta.