Turistas cargados con sus maletas tras aterrizar en el Aeropuerto de Menorca. | David Arquimbau Sintes/EFE

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A los mercados turísticos británico, francés y nacional afianzados en Menorca se suman cada vez con más fuerza los norteamericanos, suizos y latinoamericanos. Al menos esta es la impresión de los responsables de algunos de los hoteles boutique, rurales y agroturismos repartidos a lo largo y ancho de la geografía menorquina tras cerrar la temporada alta.

Jaume de Febrer, propietario y gerente del hotel rural y restaurante Alcaufar Vell, destaca que el mercado norteamericano «está siendo constante durante toda la temporada» y por esto considera que sería interesante activar la promoción de este tipo de turismo tal como se ha hecho con los británicos, franceses y alemanes.

De Estados Unidos son, también, buena parte de los huéspedes que se han alojado en el agroturismo Ses Talaies, cerca de Ciutadella. Los responsables destacan, asimismo, la «presencia de australianos y, sobre todo, de suizos», que tienden a huir de la masificación y se decantan por pasar su estancia en Menorca en pequeños hoteles de interior y alojamientos rurales.

Turistas de todas partes

Turistas de todas partes del mundo recalan en la Isla y los que se dedican a la hostelería lo tienen claro: el perfil es cada vez más diverso. Esto les da «cierta paz» porque significa que no dependen únicamente de los mercados típicos, revela Anja Sánchez-Rodrigo, CEO y fundadora del hotel boutique Ses Bruixes de Maó, como el británico y el francés, que ahora están en la cuerda floja por la decisión de Vueling de abandonar la ruta invernal con Londres y París.

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Hay que recordar, no obstante, que el Consell insular pondrá más dinero para que Menorca no pierda el vuelo con la capital de Inglaterra, tras haber convocado un concurso de comarketing con una aportación de 275.000 euros por temporada.

Entre esos turistas que han llegado de todas partes, sobresalen también los latinoamericanos que cruzan el Atlántico para pasar unos días en Menorca. Explica Anja Sánchez-Rodrigo, de Ses Bruixes, que «vienen latinoamericanos con alto poder adquisitivo y muchos atraídos por el arte, por la galería Hauser&Wirth y el efecto expansivo que ha tenido».

Una temporada «normal»

En general, los responsables de este tipo de alojamiento más específico celebran que la temporada «ha sido muy buena desde Semana Santa», reconoce Christian Balle, director del hotel boutique Cristine Bedfor de Maó. Ha sido tal y como esperaban, en general, han cumplido «con los objetivos», apunta Bep Sastre, propietario del hotel boutique Can Sastre de Ciutadella.

Eso sí, no se puede comparar con los resultados de la «extraordinaria» temporada pasada, que coinciden en calificar de «espejismo». Este año, consideran que los turistas han vigilado más la cartera y que la factura media ha bajado.