Señal informativa sobre la obligatoriedad de la tarjeta de residente para estacionar en Es Castell. | Josep Bagur Gomila

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Desde el pasado 1 de junio, la Policía Local de Es Castell ha puesto más de 600 multas a aquellos vehículos sin tarjeta de residente que se encontraban aparcados en las calles del centro de la localidad durante las tardes de verano, entre las 18 horas y la medianoche.

Desde esa fecha y hasta el próximo 30 de septiembre, el aparcamiento en el centro está destinado de forma única en ese horario a aquellos usuarios residentes. Al igual que ocurriera el verano anterior, se excluye a todos aquellos turistas y demás visitantes, los cuales se ven expuestos a este tipo de sanciones.

Residentes olvidados

No obstante, varias personas que cuentan con una segunda residencia en Es Castell no han podido obtener la tarjeta necesaria para aparcar en el centro, ya que existe una demora de un mes desde en el momento en que se solicita el distintivo hasta que ya está disponible.

En circunstancias normales, este retraso «tan solo» se alargaría hasta los quince días, por lo que de una forma u otra se hace prácticamente imposible que estos veraneantes puedan utilizar su condición de residente durante su estancia en el municipio.

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El alcalde de Es Castell, Lluís Camps, explica que existe «una gran carga de trabajo» en los diferentes departamentos del Ayuntamiento a raíz de esta medida implantada por el anterior equipo de gobierno. «Esta ordenanza lo único que supone es una carga administrativa descomunal, contraria a la eficiencia que buscamos. Estamos tramitando entre 15 y 20 peticiones semanales para expedir tarjetas de residente», específica.

Así pues, asegura que la policía está «desbordada» al tener que encargarse de «parte de la tramitación» informando al solicitante de si cumple o no con los requisitos para tener la tarjeta y atendiendo a aquellas personas sancionadas que acuden a comisaría a «protestar».
«Policía colapsada, recaudación colapsada, secretaría colapsada… Muchos aspectos negativos y muy pocos beneficios para la ciudadanía», afirma el alcalde.

El futuro de la restricción, en estudio

Camps asegura que la cantidad de denuncias recogidas no concuerda con su «filosofía de trabajo» y la de su equipo. Es por ello que desde el Consistorio analizarán la situación «con calma» durante los próximos meses y decidirán si la próxima temporada mantendrán la ordenanza o no.

Y es que según el primer edil, el verdadero problema radica en que el «déficit de aparcamiento», con o sin ordenanza, es el mismo porque «la anterior corporación municipal se dedicó a hacer ‘un brindis al sol’».

El apunte

Está en estudio que los propietarios puedan aparcar delante de sus vados

Como propuesta alternativa a la actual ordenanza municipal, Lluís Camps confirma que ya están trabajando en diferentes soluciones. «En esta línea de mejorar el aparcamiento, estamos estudiando facilitar que los propietarios de los garajes privados puedan aparcar delante de sus vados», indica el alcalde.

Con esta idea defiende que siempre que un propietario cumpla «unos requisitos» y pueda aparcar delante de su vado, acabaría beneficiando de forma indirecta al resto de vecinos, los cuales tendrían «mayores posibilidades» de encontrar un sitio para aparcar.

Se trata de una medida que ya se ha barajado en algunos municipios de la vecina Mallorca, como sería el caso de Inca. Allí, el Partido Popular presentó la semana pasada una moción pidiendo «una modificación» en las ordenanzas para permitir que los propietarios de viviendas unifamiliares puedan aparcar frente sus vados. Así, aseguran que se paliarían los «problemas de falta de aparcamiento» en la ciudad.