Exsecretario de Estado. Martínez formó parte del Gobierno de Aznar

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Ricardo Martínez, quien fuera secretario de Estado de Presupuestos y Gastos entre 2003 y 2004 del Gobierno de José María Aznar, interviene este lunes en un acto organizado por la Cámara de Comercio de Menorca. Empezará a las 19 horas en el Club Marítimo de Mahón. Su contenido consiste en «Perspectivas económicas y estrategia empresarial», en la que el doctor en Economía y presidente de la consultora Equipo Económico, analizará el escenario económico y planteará estrategias empresariales. A continuación tendrá lugar un coloquio que será conducido y moderado por el periodista Josep Pons Fraga, editor de «Es Diari».

¿Cómo es el contexto actual?

—Es un escenario económico de crecimiento. El 2023 empezó mejor de lo que preveíamos todos, pero poco a poco está disminuyendo y estamos con unas perspectivas, para España, para Europa y para el mundo en su conjunto, de desaceleración de la actividad económica.   

Momentos complejos, ¿verdad?

—Es un momento complejo y serán unos años complejos. Nos estábamos recuperando en 2015, 2016, 2017, de una crisis financiera muy fuerte, cuando en el 2020 nos llega la covid, que afecta de modo muy intenso a la economía en su conjunto, a España, pero aún más a Balears. Remontamos con fuerza en 2021, en 2022 también, pero luego vino la guerra de Ucrania, la crisis inflacionista, la subida de precios y, por tanto, de los tipos de interés. Y eso impacta en el crecimiento económico. España está en una situación de debilidad y Balears, a comienzos de 2023 aún no había recuperado los niveles de PIB de antes de la crisis.

¿Balears va bien?

—Está liderando el crecimiento del PIB y del empleo en España, y es previsible que, cuando tengamos los datos del tercer trimestre, las islas hayan recuperado, tres años después, el nivel de PIB previo a la covid. Y ahora viene la siguiente etapa, ver cómo están reaccionando los principales países europeos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España, a este contexto de inflación elevada, con tipos de interés que acaban de subir 0,25 puntos.

Esta subida de interés, para mitigar la mayor inflación en países como Alemania, penaliza a otros que tienen menos, como España.

—Son ventajas e inconvenientes de participar en una zona con una moneda común. Soy un convencido del impacto positivo y de que pertenecer a Europa es un privilegio, para una economía tan abierta como la española, y la balear, no digamos, tan vinculada a Europa, en sus flujos de comercio, financieros, de servicios, de turistas. Si España estuviera sola en este mundo europeo, pues sí, ahora mismo, España tiene una inflación más baja, pero el Banco Central Europeo tiene en cuenta el conjunto de la zona. En la eurozona hay países que tienen inflaciones menores, como España, al 2,6 por ciento, Alemania está al 6 por ciento y hay países como Polonia, Estonia o Letonia que están en inflaciones de dobles dígitos. Y en España nos interesa que Alemania vaya bien, es el principal motor económico de la Unión Europea e interesa que esté con baja inflación y que sea competitiva, que exporte mucho y que compre muchos bienes. Y cuanto más crezca, más turistas alemanes vendrán. Aún así, en este contexto, Alemania y Europa en su conjunto están teniendo datos de empleo muy positivos. Alemania está con una cifra de desempleo históricamente baja, el último dato es del 2,9 por ciento, nosotros estamos cerca del 12, Francia e Italia tienen muy buenas cifras. Quiere decir que es un buen contexto económico y, a pesar de las dificultades, son noticias muy positivas.

¿Cómo afectan hechos como la guerra de Ucrania a las empresas?

—España es una economía muy abierta al exterior, somos grandes exportadores, para crecer e invertir nos financiamos con los capitales del mundo, somos una grandísima potencia turística. Lo que ocurre en el mundo, en la geopolítica, nos importa mucho. Una guerra en Europa, en un momento en que nos recuperábamos de la covid, con crecimientos extraordinarios en el 2021 y 2022, la subida de los precios de la energía, de los alimentos, genera impactos que se trasladan al conjunto de economías y a las decisiones. Como empresa, tengo que conocer el entorno de evolución del precio de la energía, de la inflación, de los tipos de interés.

¿Qué deben hacer las instituciones?

—Es muy necesario que, desde las distintas instituciones del Estado, las comunidades autónomas, se adopten unas políticas económicas adecuadas. En un momento en que el ciclo decrece, que las perspectivas para los próximos meses no son tan positivas, medidas como las acordadas en Balears de bajar los impuestos de sucesiones o de transmisiones patrimoniales, y lanzar la señal de que va a haber una deflactación del IRPF, me parecen muy positivas, porque puede contribuir a suavizar el impacto de la crisis.

¿Qué análisis hace de la situación de las cuentas públicas del Gobierno?

—Uno de los principales desequilibrios está en las cuentas públicas. Seguimos con un déficit en torno al 4 por ciento y un endeudamiento muy elevado en los mercados internacionales. Y sube el coste de la deuda por los intereses. A mi juicio, no debieran introducirse nuevos impuestos, nuevas dificultades a la actividad empresarial, al contrario. En un momento en el que el sector público debería apoyar la creación de empleo y la actividad empresarial, está con dificultades por ese déficit. En cambio, Portugal tiene sus cuentas públicas prácticamente equilibradas y genera un crecimiento económico mucho más sano.

La economía de los otros países influye de forma determinante en sectores como el turismo. ¿Cómo ve la evolución?

—Según los últimos datos, en general está siendo una buena temporada turística y Balears está liderando el crecimiento del PIB y la creación de empleo. Es una evolución positiva, pero muy dependiente de los principales mercados emisores para Menorca, Reino Unido, Alemania, Francia. Y todas las variables económicas influyen de forma muy intensa. Cada vez más, nos interesa fijarnos en el indicador del gasto medio por turista, más que en el número de visitantes. Sabemos que vienen muchos millones de turistas, pero tenemos que hacer hincapié en lograr que mejore la calidad del turista y su gasto medio, y seamos capaces de ofrecer mejores servicios y más valor añadido, y que una mayor parte de su renta la consuman cuando están haciendo turismo en España o en Menorca.

¿Es partidario de mejorar cualitativamente y no crecer, cuantitativamente, en número de plazas turísticas?

—No tengo tanto criterio para dar ese punto de vista, lo que sí estoy convencido es que el dato en que tenemos que fijarnos y para el que tenemos que prepararnos, es que mejoremos el gasto medio por turista. Este es el objetivo clave a conseguir.