Avión del turoperador TUI a su llegada a la pista del Aeropuerto de Menorca | Gemma Andreu

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El importante aumento del tráfico aéreo que se ha vivido en el Aeropuerto de Menorca tras la pandemia tiene consecuencias para el medio ambiente. La contaminación atmosférica asociada a la aviación se ha elevado a niveles que no se habían visto antes en la Isla y se calcula que el movimiento de aviones ya es la causa del 23,9 por ciento de las emisiones directas de dióxido de carbono (CO2) en la Isla.

Así lo refleja el estudio «Emisiones derivadas del transporte aéreo», recientemente publicado por el  Observatori Sociambiental de Menorca (Obsam). Basándose en el número de operaciones y la atribución territorial de los factores de emisión por trayecto de la Organización de Aviación Civil Internacional, estima que en el último año completo el nivel de emisiones de CO2 de los aviones alcanzó las 190.446 toneladas, un 16,71 por ciento más que en el último año libre de las limitaciones de la covid, 2019, que marcaba el mayor nivel histórico hasta el momento.

En pleno debate sobre las restricciones a la aviación que la Unión Europea quiere imponer en su lucha por el cambio climático, y con el plan de descarbonización de Menorca en marcha, resulta relevante poner en contexto el impacto de la aviación en el conjunto de las emisiones directas de la Isla. Otro estudio del Obsam sobre «Emisiones Directas de CO2 en Menorca» lo permite, aunque por desgracia no ha podido incluir en el análisis el efecto del transporte marítimo.

Solamente la generación de electricidad –básicamente a través de la central del puerto de Maó–, es responsable de más emisiones de CO2 que el transporte aéreo. En 2022 lanzó a la atmósfera 399.374 toneladas, el 50 por ciento del total de la Isla, aunque al contrario que en el caso de la aviación muestra una, por ahora lenta, tendencia al descenso. Por debajo queda otra actividad muy contaminante como el transporte terrestre, que no obstante tiene un efecto más directo sobre la calidad del aire que respiran los menorquines. La llamada movilidad interior (el movimiento de todo tipo de vehículos por las carreteras menorquinas) fue responsable en el último año completo de la emisión de 143.580 toneladas de CO2, sensiblemente menos que el tráfico de aviones.

En valores muy inferiores se sitúan los otros dos grandes protagonistas de la (pequeña) aportación menorquina al calentamiento global, los sectores industrial y residencial y el uso de combustibles en el sector primario, que en el año analizado protagonizaron a partes prácticamente iguales una emisión conjunta de 62.131 toneladas de CO2.

El apunte

El transporte aéreo queda fuera de los lejanos objetivos de reducción de emisiones para 2030

La contaminación derivada del transporte aéreo no forma parte de los objetivos de reducción de emisiones de CO2 recogidos en la Estrategia Menorca 2030 de descarbonización de la Isla. Ese plan tiene como objetivo para ese horizonte con seguir que bajen en más de un 50 por ciento en relación a 1990, aunque sin tener en cuenta las provocadas por el combustible que queman las aeronaves a su paso por la Isla. En cualquier caso, incluso dejando fuera de la ecuación la aviación, la Isla está extremadamente alejada en estos momentos de esa ambiciosa meta. Las emisiones no solamente no se han reducido respecto a 1990, sino que al cierre del año 2022 el balance es sin contar el transporte aéreo de 605.084 toneladas, un 65,3 por ciento más.

Las claves
  1. Menorca está entre las zonas con más emisiones por habitante de Europa

    Menorca es una de las zonas que tiene unos índices de emisiones de C02 por habitante más altas de Europa. El Obsam la situaba en el último año con comparación por países, 2019, solo por debajo de cinco países de un listado de 30 europeos y muy por encima de la media española.

  2. La contaminación por la movilidad terrestre supone el 18 % del total

    El transporte por carretera provocó en el último año completo, 2022, la emisión de 143.580 toneladas de CO2 a la atmósfera, un 18 por ciento del total de la Isla. Es menos que antes de la covid pese del aumento del tráfico, lo que se atribuye a la mayor eficiencia de los vehículos.

  3. El efecto de un balance de tráfico aéreo de más de 36.000 operaciones

    Al término del año 2022 el Aeropuerto de Menorca contabilizó 36.070 operaciones, movimientos de salida y llegada. Fue una cifra histórica que superaba en casi 5.000 movimientos el anterior récord de 2019. Ello se ha traducido en un aumento de emisiones contaminantes.

  4. La emisión derivada de viviendas e industrias, la más baja en tres décadas

    La estadística que publica el Obsam detecta una sensible descenso en la contaminación asociada a los usos residenciales e industriales, que en 2022 protagonizaron la emisión de 30.454 toneladas de CO2, la cifra más baja en 30 años si se exceptúan los dos marcados por la pandemia.