El Consell tiene más dinero que nunca en el banco por el alto nivel de ingresos y la baja ejecución de inversiones. | Gemma Andreu

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El Consell insular ha cerrado el ejercicio contable 2022 con una cifra de remanente de tesorería para gastos generales histórico. Tiene a disposición en el banco 32,4 millones de euros, 2,52 millones más que en el año anterior.    Estos resultados favorables derivan en gran parte del «excesivamente bajo» grado de ejecución de las inversiones previstas, que en el último año completo del gobierno del tripartito se situaron en el 14,8 por ciento.

De los 33,7 millones –ampliaciones de crédito incluidas– que la máxima institución insular esperaba destinar a inversiones de mejora al término del año, solamente se ejecutaron algo menos de cinco millones, una situación que subraya el servicio de Intervención del Consell en su informe sobre la liquidación de los presupuestos de 2022, que se encuentra en exposición pública dentro del expediente de las Cuentas Generales.

En la memoria del grado de cumplimiento de los objetivos del año 2022, presente en el mismo expediente, los Servicios Económicos de la casa ponen de manifiesto la cronicidad de este bajo nivel de ejecución presupuestaria, aunque también subrayan una ligera mejoría en relación a 2021 (fue del 14,1 por ciento), año todavía marcado por la covid. Apunta a tres factores para explicar la diferencia entre las inversiones presupuestadas y las llevadas a cabo.

En primer lugar señala a «la forma de presupuestar, con una cierta tendencia incrementalista», dicho de otro modo, una propensión generalizada a inflar los presupuestos. También aduce dificultades intrínsecas de ejecución de las inversiones y complejidad en los procesos de contratación administrativa, un cóctel que hace que la presentación anual de los presupuestos se convierta en lo tocante a las inversiones más en un relato de intenciones que en una programación fiable.

Llama la atención remontarse al 1 de diciembre de 2021, cuando se presentaban las cuentas para el año que se ha liquidado ahora, y comprobar a modo de ejemplo como entre los 29 millones que se calculaban de inversión para el año próximo –esa partida fue creciendo en los meses siguientes vía pleno– había algunas partidas que no se han llegado a ejecutar, como los 1,2 millones previstos para la compra de autobuses eléctricos, y otras que solo se pudieron llevar a cabo muy parcialmente, como los 4,7 millones de plan de inversión en carreteras.

El bajo grado de ejecución de las inversiones, que por desgracia sigue la tónica de años anteriores, no es el único motivo por el que las arcas de la institución continúan creciendo. También es relevante el mantenimiento de un alto nivel de ingresos corrientes, que se ha situado en los 81,1 millones de euros tras crecer un 4,17 por ciento en relación al año anterior. Atendiendo a la partida de gasto corriente queda claro que el mayor ahorro no se ha debido a una contención en ese apartado. El desembolso para el funcionamiento de la institución se ha elevado en 2022 a una cifra récord de 70,6 millones de euros tras crecer casi un ocho por ciento. En cinco años el gasto corriente ha subido un 51 por ciento.

El informe de Intervención advierte en ese sentido que «convendría controlar» esos datos para mantener la sostenibilidad financiera de la institución a medio plazo. Con todo, y teniendo en cuenta que hay una capacidad de financiación positiva de 12,8 millones, la conclusión del interventor es favorable, aunque recomienda «una interpretación prudente de los datos».

El apunte

La vuelta de la austeridad en 2024 tras el paréntesis de la covid y la guerra

La Comisión Europea ha anunciado su intención de levantar la suspensión de la aplicación de las reglas fiscales para el año 2024 –paralizadas por la covid y la guerra de Ucrania– por lo que desde Intervención del Consell advierten de que para la elaboración de los presupuestos del año que viene    habrá que tener este factor en cuenta a la hora de dar destino a los remanentes de tesorería. La suspensión de esas reglas de austeridad han permitido hasta la fecha incorporarlos a los presupuestos sin demasiados límites. Aunque todavía se desconoce el detalle de las reglas, desde la institución ya tienen claro que se vuelve a la senda del control del gasto público en aras de la estabilidad presupuestaria.