Imagen exterior de las oficinas del Consell de Menorca en Maó. | Josep Bagur Gomila

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El análisis previo a la elaboración del Plan de Control Financiero marca dos áreas en rojo por el alto riesgo que presentan de ineficacia en la gestión o incumplimientos normativos, estas son las de personal y contratación. En el área de personal se señala de forma específica las retribuciones variables y la contabilización de los gastos de personal.

Las retribuciones variables son principalmente los pagos por productividad y las gratificaciones a los trabajadores de la casa, que deberían seguir un procedimiento estandarizado de acuerdos y autorizaciones «que no siempre se cumple», señala el documento. El análisis de riesgos del órgano interventor indica que «es posible que se abonen gratificaciones y productividad sin un informe favorable por parte del responsable, y/o sin acuerdo previo de los importes y los máximos a pagar», debido a la dificultad de control de estas cantidades, que varían de un mes a otro y por el elevado número de trabajadores de la entidad.

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La gravedad de un posible incumplimiento, por los agravios que se pueden generar entre empleados, por los posibles pagos no confirmes y por la falta de fiscalización hacen que se incluya este apartado como uno de los más riesgosos.

En cuanto a la contabilización de los gastos de personal, se considera que la herramienta informática utilizada no es la idónea, y se señala que para no demorar el cobro por parte de los trabajadores, «se abonan las nóminas antes de tener acabados los cálculos de las nóminas», lo que obliga a hacer ajustes en la contabilidad «que pueden dar lugar a errores». La contabilización de la Seguridad Social presenta problemas ya que se abonan los importes calculados y posteriormente son regularizados por la administración del organismo estatal.

En cuanto a la contratación, advierte de que los contratos menores tienen «un bajo nivel de control», y de que se pueden dar casos de contrataciones menores que superen el límite máximo del contrato menor para una misma unidad funcional; o que haya varios contratos menores a favor de un mismo tercero, cuyo importe conjunto total exceda el límite permitido. Cada dirección insular, así como el servicio de bomberos, la residencia de Gent Gran y el centro de Trepucó, se consideran cada uno de ellos una unidad funcional. La probabilidad de que se den incumplimientos en los contratos menores se considera alta.