La UIB presentó ayer en Palma un estudio sobre la exclusión residencial en las Illes Balears. | UIB

TW
7

El estudio «Habitatge i exclusió social a les Illes Balears» del Observatori Social de les Illes Balears (OSIB), también incluye diversos testimonios de personas que relatan sus dificultades para acceder a la vivienda. Entre ellos, está el caso de Adrià, un hombre de 38 años de Barcelona que reside en la Isla desde hace cinco años, y que desde que llegó ha pasado por una auténtica odisea para encontrar una vivienda digna.

Adrià es herrero de profesión, pero en Menorca ha trabajado en la hostelería y ahora se encarga de las tareas de reparto en un comercio, ganando un poco más de mil euros al mes. Desde que llegó ha tenido que cambiar en numerosas ocasiones de residencia y ha combinado periodos en los que ha vivido en un piso compartido con otras personas con veranos en los que se ha tenido que trasladar a su furgoneta.

Noticias relacionadas

Pagos por adelantado

También ha residido en pisos que solo se alquilaban durante el invierno, porque en verano se destinaban al alquiler vacacional. En este sentido, denuncia la gran cantidad de casas en la Isla que solo se ofrecen de octubre a mayo. Además, se queja de que cuando se alquila un piso a través de una agencia inmobiliaria, entre la fianza y los meses que se tienen que adelantar, hay que realizar un desembolso de más de 2.000 euros. Por todo ello, Adrià explica que en alguna ocasión se ha planteado la posibilidad de ocupar ilegalmente, porque en invierno es inviable vivir en su furgoneta.

Otro problema añadido en su caso, es la dificultad de encontrar una vivienda en la que admitan a su perro. «Cuando he dicho que tenía una mascota, me han respondido que el propietario no aceptaba animales de compañía, e incluso me he encontrado con comunidades enteras que no querían mascotas en su complejo de apartamentos», lamenta.