Maite de Medrano, durante una votación en el pleno del Consell de Menorca. | Gemma Andreu

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Maite de Medrano, que no ha presentado ninguna enmienda parcial a los presupuestos, algo que le recriminó la consellera de Economía y Servicios Generales, Maria Antònia Taltavull, se propone, además de recuperar su cargo ejecutivo, ‘limpiar’ las cuentas del PP de las partidas continuistas de la izquierda.

En concreto, y siguiendo el ideario del ala dura de su partido, cuestionó los fondos destinados al fomento del catalán «sin el reconocimiento de que hay dos lenguas propias en Menorca», a cooperación internacional, a la Agenda 2030, la inmigración, la «ideología de género», y las partidas dedicadas a «subvencionar chiringuitos o untar a los medios».

«No solo queremos un gobierno que no sea de izquierdas sino también que ese gobierno haga políticas para frenar y revertir los comecocos y los chiringuitos de la izquierda», dijo De Medrano.

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Una negociación para volver al gobierno

Hasta llegar al pleno de este jueves han existido negociaciones, como confirmaron tanto la consellera de Vox como el presidente del Consell, pero centradas no en las partidas concretas del presupuesto sino en la recomposición del acuerdo de gobierno y el regreso de De Medrano, quien insistió en sus intervenciones en que «Vox no aceptó el chantaje al que se le sometía», ni estaba dispuesto a dar «un cheque en blanco».

Por estas alusiones, el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, intervino para zanjar el debate y afirmó que había tenido «voluntad real» de llegar a consensos con todos los grupos de la oposición. «Me senté con los dos partidos de izquierda para tratar este presupuesto, si hay voluntad lo que se hace es fraccionar, primero se negocia el presupuesto y luego se ve si es posible llegar a un acuerdo sobre el PTI y la carretera, si se mezcla todo, lo hacen de manera voluntaria para no llegar a ningún acuerdo», lamentó Vilafranca, después de que Mora pusiera el foco en esos dos puntos concretos.

Vilafranca recordó asimismo que no hubo tiempo para una segunda reunión en la que tratar las enmiendas, porque PSOE y Més las registraron antes, sin negociar. También se negoció con Vox «que nos tacha de chantajistas, yo no sé que chantajes le hemos hecho sinceramente, puede ser que sea lo contrario, porque pide entrar en el gobierno a cambio de votar a favor, no a discutir las medidas positivas del presupuesto, que era lo importante», replicó a De Medrano, a quien le dijo que no cierra las puertas a seguir dialogando «pero de manera pausada y sin condicionantes».

Menorca «teledirigida»

La actitud de Vox en Menorca coincide con los condicionantes que ha puesto también a los presupuestos en el Govern. Ayer el portavoz de Més, Josep Juaneda, además de enmendar a la totalidad el proyecto de presupuestos por considerar que incide en el monocultivo turístico y la masificación, reduciendo el peso de otros sectores, rechazó una Menorca «teledirigida» desde Mallorca. «Usted comenzó con mal pie el mandato, lo hizo tragando un pacto impuesto desde Palma para poder ser presidente, y ahora vuelve a estar obligado desde Palma a aprobar un presupuesto que satisfaga los principios de Vox, vuelve a ser prisionero de lo acordado por la señora Prohens y sus socios de Vox, es muy triste»