Jaume Villalonga Villalonga, con Jaume Villalonga Carreres, en el pregón de Sant Martí del pasado verano. | Josep Bagur Gomila

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Jaume Villalonga Villalonga, que dio continuidad a la saga de ‘cas Sucrer des Mercadal», falleció el sábado, a los 79 años, en Ciutadella. Fue la cuarta generación de esta familia de pasteleros artesanos, que ha dado fama a la población situada en el centro de Menorca por la calidad de sus elaboraciones.

En julio pasado, junto con Jaume Villalonga Carreres y Jaume Villalonga Salom, quinta y sexta generación, protagonizó el pregón de las fiestas patronales de Sant Martí de Es Mercadal, en Sa Plaça, abarrotada, con la emotiva historia que vincula la emblemática pastelería con esta localidad.

La recomendación médica de aplicar las sorprendentes propiedades curativas que desprende el azúcar al ser quemado para facilitar la curación de un problema oftalmológico motivaron que, en 1884, Jaume Villalonga Palomo, bisabuelo de Jaume Villalonga Villalonga, se desplazara a Maó para empezar a trabajar en la Pastelería Andreu de Maó.

El 28 de septiembre de aquel año, al cerrar este negocio, inició la saga de los ‘sucrers Villalonga des Mercadal’ al abrir la Confitería Villalonga, el germen del actual Cas Sucrer.

Jaume Villalonga Villalonga destacaba siempre que aquella decisión de su bisabuelo, «en la población del centro de Menorca, más allá de la frase ‘Es Mercadal, quatre cases i un fanal’ evidenciaron el sentido comercial de su promotor».

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Una clientela fiel

Los productos más emblemáticos y también más demandados son ‘es braç de gitano’, los ‘carquinyols’ y los ‘amargos’, que constituyen los productos estrella. Al principio, los sabrosos ‘amargos’ no eran los que tenían más éxito, pero se han ido consolidando y hoy obtienen una extraordinaria aceptación.

Jaume Villalonga Villalonga también señalaba que rechazaron la pretensión, formulada por varios periodistas gastronómicos, para establecer similitudes entre los ‘amargos des Mercadal’ y los ‘ametllats de Catalunya’, por la diferencias entre su elaboración y la textura final.

Los ‘amargos’ de Menorca se obtienen con combinación de almendra y azúcar en proporciones 60-40 hasta obtener una masa uniforme, casi harinosa, a la que se añade clara de huevo para obtener el punto deseado que facilita su manipulación artesana, siguiendo la receta que han conservado en ‘cas Sucrer des Mercadal’.

Jaume Villalonga Villalonga ha sido el eslabón que transmitió a las actuales generaciones los secretos de la elaboración de la repostería que atrae, cada año, a cientos menorquines y visitantes al establecimiento situado en Sa Plaça.

Los años más difíciles

Ha sido ‘es sucrer des Mercadal’ que protagonizó la historia del relevo generacional antes de la guerra civil, con las innumerables dificultades y contratiempos para obtener la harina en los molinos de Menorca, el azúcar procedente de las plantaciones de caña de Cuba; e ingredientes imprescindibles como huevos, leche, canela, vainilla, esencias de limón, anís y fresa, y también el bicarbonato.

Jaume Villalonga Villalonga aporta la trayectoria personal de una perseverante resistencia y subsistencia para garantizar la continuidad de este establecimiento único, tan popular como emblemático, vinculado para siempre al latido urbano y comercial de Es Mercadal.