Binixíquer ha experimentado un gran crecimiento desde 2000 y casi tiene ya los mismos vecinos que Sant Climent. | Gemma Andreu

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Uno de cada cuatro menorquines reside en casas diseminadas o en urbanizaciones situadas fuera de los núcleos tradicionales de cada municipio, es decir, fuera de los ocho cascos urbanos principales de cada localidad además de Llucmaçanes, Sant Climent y Fornells. Según se desprende del padrón continuo a 1 de enero de 2023 que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE), esta dispersión de la población se ha incrementando de forma sensible a lo largo del presente siglo, sobre todo por el mayor incremento de la población censada en núcleos residenciales de costa.

La estadística del INE indica que, de las 98.335 personas censadas en Menorca a 1 de enero de 2023, residen en los llamados núcleos tradicionales 74.965, lo que supone un porcentaje del 76,2 por ciento. Un 17,8 por ciento de los insulares tienen su morada en las urbanizaciones (17.383 personas), mientras que en conjuntos de casas diseminados, aisladas o polígonos industriales habitan 5.977 personas, un 6 por ciento de la población registrada en los padrones municipales.

A lo largo de lo que llevamos de siglo, los núcleos tradicionales han ido perdiendo peso porcentual, en un contexto de incremento constante de la población general. Así las cosas, en el año 2000, según la misma fuente, los once núcleos tradicionales de Menorca contaban con 57.941 habitantes, lo que representaba el 80,4 por ciento del total de los habitantes por entonces de la Isla. En los diseminados el porcentaje ya era entonces del 6 por ciento, como ahora, con 4.382 personas.

El aumento más considerable se ha producido en este periodo de 23 años en las urbanizaciones, que han pasado de 9.850 a las más de 17.000 personas, lo que ha supuesto casi duplicar su población censada. Está sobre la mesa la posibilidad de que algunas de estas personas estén empadronadas en lo que son en realidad sus segundas residencias para obtener determinados beneficios. El porcentaje de residentes registrados en estos núcleos, sobre todo costeros, ha pasado del 13,6 al 17,8 por ciento.

Los dos extremos

La estadística varía de forma muy considerable en función de cada municipio. En los dos extremos de la estadística se encuentran Sant Lluís y Ferreries. En el municipio del levante insular solo el 40,6 por ciento de sus habitantes censados residen en el núcleo tradicional que se despliega a ambos lados del Cós (47,6 por ciento en 2000). Son 2.856 personas sobre un total de 7.019, unas 600 menos que los habitantes que están censados en las urbanizaciones, 3.449. En lo que llevamos de siglo se ha incrementado considerablemente la población empadronada en lugares como Punta Prima (de 204 a 540) o S’Algar (de 259 a 480), entre otros. El tirón del litoral.

En Ferreries, en cambio, en el núcleo tradicional habitan un 92,5 por ciento de sus vecinos, puesto que apenas cuenta con 164 personas en casas diseminadas y otras 213 en Cala Galdana, su única urbanización. Pese a ello, no escapa de la tendencia general de la Isla ya que en 2000 el porcentaje de ferrerienses en el casco urbano era del 94,7 por ciento.

Dos grandes ciudades

También hay contrastes entre Maó y Ciutadella. En el primer caso, el 90,2 por ciento de sus residentes se concentran en el casco urbano, más Llucmaçanes y Sant Climent, lo que representa un descenso de 4,5 puntos porcentuales, mientras que en Ciutadella se ha pasado en 23 años del 79,3 al 74,5 por ciento de población concentrada en el núcleo principal de la población. La comunidad establecida en urbanizaciones de Ciutadella ha experimentado un aumento muy considerable, al pasar de 3.033 a 5.766 en este periodo de tiempo.

El resto

Es Migjorn Gran es otro caso de concentración demográfica, con un 88,2 por ciento de sus habitantes en el núcleo principal y 117 personas censadas en su urbanización Santo Tomàs, además de 66 diseminados. Aún así, en el año 2000 apenas eran 35 y 38, respectivamente, fuera del casco urbano.
En Alaior a lo largo del siglo ha descendido considerablemente el porcentaje de residentes en el núcleo histórico, del 79,3 al 71.8 por ciento, sobre todo por el empuje generalizado de sus urbanizaciones de costa. En Es Mercadal el volumen de empadronados en los dos núcleos principales baja al 63,8 por ciento (6,8 puntos porcentuales menos) por el mismo motivo. Es Castell es el único caso donde sube ligeramente este porcentaje, apenas unas décimas.