Los recientes cambios en la educación han motivado un debate sobre las pantallas.    | Josep Bagur Gomila

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El Manifesto para Revisar la Digitalización Educativa, promovido por el colectivo de familias Aules Lliures de Pantalles, ha entregado a la Conselleria de Educación las 2.400 firmas recogidas durante los últimos meses. El objetivo de esta iniciativa es impulsar una revisión y un debate sobre el proceso de digitalización de las aulas en el que están inmersos las escuelas e institutos.

Este colectivo considera que la digitalización de la educación convierte a los alumnos en «consumidores de tecnología» desde que llegan al sistema educativo. Apuntan además a los intereses económicos de las grandes corporaciones empresariales que obtienen beneficios con los datos obtenidos. «Por motivos diferentes, pedagógicos, de salud física y mental de nuestros niños y jóvenes, de protección de datos y privacidad, familiares, ambientales, etcétera, la digitalización debe detenerse y revisarse», apunta ayer este grupo de integrantes de la comunidad educativa en un comunicado.

La oposición al despliegue del uso de pantallas, así como a la permisividad con los teléfonos móviles en los centros, ha generado un movimiento de rechazo por parte de familias de toda España, frente al cual ya se están realizando algunas iniciativas desde la administración.