La ciudad de Maó registró uno de los niveles más altos de ozono en Balears en 2023.  | Gemma Andreu

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La estación de medición de la calidad del aire de la bocana del puerto de Maó (EMEP Maó) llegó a registrar, en 2023, hasta 75 días en los que se superaron los niveles máximos de ozono troposférico recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son de 100 microgramos por metro cúbico de este contaminante atmosférico.

Este es uno de los datos que aparecen en el informe «La contaminación por ozono en el Estado español durante 2023», de la organización Ecologistas en Acción, y que recopila información recogida entre el 1 de enero y el 30 de septiembre del año pasado.

Aunque los datos de la EMEP Maó -la estación que ofrece peores resultados de la Isla- son mejores que los del 2022, año en que se registraron hasta 109 días con valores superiores a los máximos recomendados, la mejoría no impide que los registros de la zona de Maó se sitúen entre los peores de todas las Balears, junto a las estaciones situadas en Sant Antoni de Portmany (Eivissa) y en la incineradora de Son Reus (Mallorca).

Asimismo, en otras estaciones de Maó también se superaron los máximos aconsejados. Concretamente, en la estación de Pous se superaron un día y en la de la central térmica 23 días. De esta manera, la zona de Maó habría superado durante el trienio 2021-2023 el nuevo objetivo legal propuesto para 2030 por la Comisión Europea.

De igual modo, en la estación ubicada en Ciutadella, durante el 2023 también se rebasaron los valores máximos recomendados por la OMS durante un total de 33 jornadas, una cifra que representa una mejoría respecto al 2022, cuando los valores máximos se superaron durante 87 días.

Un problema persistente

Las altas concentraciones de ozono en Menorca son un problema persistente en la Isla y, de hecho, el pasado viernes se llegaron a registrar valores de 591 microgramos por metro cúbico en el puerto de Maó. Aunque más allá de los niveles puntuales que exceden las recomendaciones de la OMS, el valor objetivo del ozono para la protección de la salud humana en España es de 120 microgramos por metro cúbico (μg/m3), un nivel que no debe superarse durante más de 25 días anuales en promedio en un período de tres años.

Sònia Estradé, ambientóloga y técnica de Medio Ambiente del Insititut Menorquí d’Estudis (IME), señala que «Menorca, al ser una isla, depende mucho de las condiciones climatológicas, y cuanto más altas son las temperaturas y más estable es la atmósfera es mucho más fácil que se superen los límites o que las cantidades de ozono sean más elevadas». Por ello, considera que «los picos de la semana pasada en el puerto de Maó se pueden deber a la situación de anticiclón y de elevadas temperaturas que se están registrando para esta época del año».

Illes Balears

Superada la pandemia de la covid, casi todas las estaciones de medición de las Balears registraron numerosas superaciones de los valores recomendados por la OMS. No obstante, fueron significativamente más bajos que en los años anteriores, a pesar de las elevadas temperaturas y la alta radiación alcanzada durante los meses de verano. En este sentido, el informe de Ecologistas en Acción destaca la mejoría de los niveles en la isla de Menorca, a excepción de la zona de Maó.

El apunte

Un problema que afecta al Mediterráneo

El ozono se considera el principal contaminante ambiental    actualmente en España, y el que presenta una mayor extensión y afectación sobre la población. Además, se trata de un problema especialmente grave en la Europa mediterránea, dado que el llamado ozono malo, denominado así por contraste con el de la estratosfera, que nos sirve de protección frente a la radiación ultravioleta, se forma en verano cerca de la superficie terrestre, por efecto combinado de la radiación solar y las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV) a partir de la combustión de carbón, petróleo o gas en centrales térmicas como la de Maó, vehículos a motor, aviones, barcos o calderas urbanas e industriales, entre otros.

Zonas rurales

Otra característica del ozono es que puede viajar a largas distancias y se acumula lejos de las fuentes de sus contaminantes precursores, por lo que muchas veces puede afectar más a las zonas rurales y periurbanas que a los centros de las ciudades. Por ello, a menudo los niveles más altos de este gas se detectan en zonas con bajas emisiones y no en las zonas con más tráfico.