Imagen de una vivienda de Maó donde ya se aplica la recogida de basura puerta a puerta. | Gemma Andreu

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La alcaldesa de Ciutadella ha lanzado un dardo a sus compañeros del PP en el Consell encargados de organizar el nuevo sistema de recogida de basura puerta a puerta en los domicilios. Juana Mari Pons Torres discrepa abiertamente de la utilidad de este método y ha pedido que Ciutadella sea el último municipio de Menorca en aplicarlo. En su opinión, el trasiego de cubos de basura en la vía pública y la creación de áreas de recogida junto a los bloques de pisos acabarán siendo un «nido de ratas y suciedad».

Pons Torres hizo estas declaraciones el viernes en el transcurso de la tertulia semanal de Cope Menorca al ser preguntada sobre la inclusión de Ciutadella en un sistema que, de momento, ya está adjudicado para Es Castell y Maó, donde ha empezado a aplicarse de forma gradual. Lo cierto es que el Consorcio de Residuos tiene previsto extender la recogida de basura puerta a puerta a todos los municipios de la Isla al entender que es la única forma de alcanzar el 80 por ciento de reciclaje obligatorio que impone la Unión Europea para 2030.

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La alcaldesa de Ciutadella pone en duda, no obstante, su efectividad. Afirma que «si el ciudadano no ve un descuento en su recibo de basura a cambio de reciclar no lo hará nunca» y cree que existen otras fórmulas para cumplir con los estándares de reciclaje que exige Bruselas. «No lo veo claro, por eso trasladé al Consell que quería que Ciutadella fuera el último municipio en implantarlo», señaló, «antes tengo que ver cómo funciona en los otros municipios para comprobar que va bien».

Esperar al último momento

Juana Mari Pons sostiene que todavía hay tiempo para tomar esta decisión y reitera que Ciutadella «esperará al último momento». Recuerda que se trata del municipio más extenso de Menorca, con múltiples urbanizaciones, y está a la espera de ver el resultado en el casco urbano de Maó, especialmente en las barriadas con bloques de pisos.

Tal como ha informado este diario, la solución adoptada en este caso por el Consorcio de Residuos es la creación de zonas de aportación, unos recintos metálicos donde los vecinos de una calle deben depositar cada día de la semana el cubo con la fracción de basura que corresponda y recogerlo al día siguiente ya vacío.