Marta Jordi, Lali Allés y David Carreras durante la presentación en Alaior.  | Gemma Andreu

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Este sábado, el Convent de San Diego de Alaior acogió el acto final de las jornadas que han servido para revisar los primeros 30 años de la Reserva de Biosfera de Menorca, con la mirada puesta en los retos de futuro.

El programa ha estado organizado por el Consell Científic de la Reserva, a través del Observatorio Socioambiental de Menorca del Institut Menorquí d’Estudis (OBSAM-lME), y ha contado con la colaboración de la Agencia Menorca Reserva de Biosfera.

Los actos han incluido conferencias, charlas y mesas redondas con científicos y expertos. Durante la jornada se dio a conocer un decálogo con las principales propuestas para los próximos cinco años, que se han elaborado a partir de todas las intervenciones de estos días.

Agua: es urgente reducir el consumo de este recurso

La gestión del agua se sitúa como uno de los principales retos de la Reserva. Se recomienda la puesta en marcha de medidas urgentes para reducir su consumo, y se recuerda que la construcción de una desaladora en el levante insular debe servir para disminuir la extracción de agua de los pozos y posibilitar la recuperación del acuífero. En ningún caso, se enfatiza, el agua desalada debe destinarse a nuevos desarrollos urbanos, puesto que es un recurso limitado y caro.

Vivienda: frenar el uso turístico de casas y pisos

La crisis de la vivienda es una de las principales preocupaciones de los menorquines, especialmente de los jóvenes. Es necesario recuperar la función social de las viviendas y facilitar el acceso como residencia habitual. Se propone revisar el marco normativo en materia de vivienda turística e impulsar medidas como el control de la oferta turística ilegal, el alquiler social o la recuperación de pisos vacíos.

Medio: crear un segundo parque natural en el sur

Es necesario mejorar la conservación del medio natural y parar la pérdida de biodiversidad. Por ello, se propone la creación de un segundo parque natural dotado de personal propio en la zona de los barrancos del sur de la Isla, así como la constitución de un equipo de vigilancia medioambiental con capacidad sancionadora y que permita gestionar directamente más espacios. También se aconseja mitigar la presión humana en el medio e incrementar el conocimiento de ciertos grupos biológicos, como los invertebrados.

Juventud: evitar la fuga de los jóvenes de la Isla

El envejecimiento demográfico plantea el reto de crear las condiciones necesarias en materia de formación, vivienda y mercado laboral para evitar que los jóvenes se marchen de la Isla. En este sentido, se sugiere que todas las políticas públicas incorporen la perspectiva de la juventud, como ya sucede con las cuestiones de género. También se insiste en la importancia de abordar los problemas de salud mental.

Energía: la red eléctrica tiene que ganar capacidad

La instalación de renovables en la Isla va por el buen camino, aunque es necesario resolver las limitaciones de la red de transporte, aumentando la capacidad del enlace submarino con Mallorca. También se pide la creación de una regulación que permita aprovechar el potencial de almacenamiento de las baterías y mejorar la gestión inteligente del conjunto. Asimismo, es necesario seguir apostando por las instalaciones de autoconsumo en los entornos urbanos y por las comunidades locales de energía, que permiten que la ciudadanía también se beneficie del cambio de modelo energético.

Economía: la Isla debe apostar por la calidad

La economía de Menorca forma parte de los circuitos globales y, por ello, no es posible competir en costes. Es fundamental apostar por los productos únicos y que no se puedan copiar. También es necesario impulsar de manera decidida el turismo activo, gastronómico y natural, así como crear sinergias entre la actividad turística y el sector primario, que permitan mantener vivo el paisaje y potenciar el producto local.

Cultura: avanzar hacia una gestión más transversal

Es imprescindible impulsar una visión transversal de la cultura, que vaya desde la Menorca talayótica hasta el arte contemporáneo, así como crear un sistema de indicadores para poder gestionar a partir de datos. También se plantea la creación de un centro de investigación que aúne las ciencias de la sostenibilidad y el patrimonio histórico, así como la mejora de la coordinación entre la iniciativa privada y la pública.

Mar: aumentar la protección y el conocimiento

Se propone la creación de un panel de expertos para evaluar y priorizar las actuaciones a desarrollar en cuanto a la protección de la biodiversidad en el litoral. Además, se sugiere ampliar el conocimiento científico hacia aguas más profundas, hasta el límite de la parte marina de la Reserva.

Clima: una mayor reducción de las emisiones

Los efectos del cambio climático ya son evidentes, y en Menorca lo serán más durante los próximos cinco años. En este sentido, la Isla debe reducir un 55 por ciento las emisiones de CO2 derivadas de la generación de electricidad, de la movilidad y del transporte aéreo y marítimo, todo ello de cara al 2030. Por ello, es imprescindible una reducción de los consumos, una mejora de la eficiencia de las viviendas y un cambio del modelo de movilidad. Es necesario poner en marcha políticas para permitir una adaptación lo menos traumática posible.

Gobierno: mejorar la financiación

Se propone aprovechar el marco de la Ley Menorca Reserva de la Biosfera para mejorar el financiamiento de Menorca y sus competencias. También es necesario impulsar la adaptación municipal al nuevo Plan Territorial Insular (PTI) y hacer efectivas las novedades incorporadas. Se ha avanzado mucho en la gobernanza participativa, pero es necesario seguir fortaleciendo las estructuras permanentes.

El apunte

La Reserva avanza, pero todavía hay mucho margen para mejorar

Durante la jornada de este sábado también se analizó el grado de cumplimiento del decálogo que se aprobó en las anteriores jornadas, celebradas con motivo de los 25 años de la Reserva. David Carreras y Lali Allés presentaron el balance, en el cual se destacó que en estos años no se han materializado proyectos como el Clean Energy for EU islands, el programa Insulae o el hub de Sa Granja. También queda pendiente definir una cartera de servicios sociales, desarrollar un sistema de indicadores culturales o la creación de una comunidad de usuarios del acuífero. Asimismo, se advirtió sobre la disminución del peso relativo del sector primario y la industria.