La asamblea se celebró este jueves por la noche para dar cuenta a los 39 afiliados de la agrupación socialista de la situación creada en el Ayuntamiento tras la dimisión de la hasta ahora portavoz, Carol Cerdà, y su relevo por Sandra Moll. Asistieron los ediles dimisionarios y la presidenta insular Susana Mora.

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La renuncia de Carol Cerdà ha dejado a la secretaria general del PSOE, Sandra Moll Taltavull (Ciutadella, 1985), al frente del grupo municipal y con la responsabilidad de asumir la alcaldía cuando prospere el llamamiento del partido a PSM y Ciutadella Endavant a impulsar la moción de censura contra el gobierno de Juana Mari Pons (PP).

La alcaldesa asegura que no acelerará la tramitación ordinaria para que lleguen antes las credenciales de los nuevos concejales que van a suplir las bajas de Cerdà y Pedro Capó, que el PSOE espera para poder presentar la moción de censura.

Aunque el acuerdo del bloque de izquierdas aún no se ha cerrado, Sandra Moll deja entrever que puede estar muy próximo.

¿En qué situación les deja la renuncia de Carol Cerdà? ¿Se la ha forzado a dimitir por no asumir la moción de censura?

—Se ha mezclado el ‘no lo quiero hacer’ con el ‘no lo puedo hacer’. Su situación personal ya no era la misma que en junio y no estaba en disposición de dejarlo todo y tener la dedicación que la alcaldía requiere. Hace mucho que Carol está en el partido y no se ha vuelto rebelde de golpe. Tiene sus motivos y hemos podido reestructurar bien el grupo.

¿Pero han pesado las discrepancias? Ella misma reconoce que su postura diverge de la del partido.

—Así es, pero con otra situación personal y profesional, aunque no lo viera claro, estoy convencida de que habría dado el paso. Es fiel al partido y lo habría hecho.

Dicen en su comunicado que, tras la renuncia de Carol Cerdà, «ya no hay ningún obstáculo para formar un gobierno progresista». ¿Ella era el obstáculo?

—Pero no en el sentido de bloqueo, sino de asumir su situación personal y profesional y ver si podía dejarlo todo para dedicarse a la alcaldía. Eso ha pesado más que sus dudas sobre la moción de censura. Es algo que se ha interpretado mal.

Su renuncia la implica directamente y la sitúa como eventual alcaldesa en un futuro gobierno.

—Sinceramente, mi objetivo no era ser alcaldesa, porque si no me habría postulado. Prefería estar de número 2 para hacer una labor más efectiva y de coordinación. Pero, llegado el momento, daré el paso. Es cierto que mis condicionantes lo facilitan, pero asumiré el cargo por responsabilidad y no por lo que algunos dicen.

¿Por la silla?

—De ninguna manera. Gestionar un municipio es más complejo que llevar otras administraciones y, aunque el salario está bien, no es un sueldo de ministro. Creo que muy pocos se dedican a la política local pensando en lo que van a cobrar.

Urge a PSM y Ciutadella Endavant a la moción de censura. ¿Espera una respuesta rápida?

—El PSOE ha dejado claro que quiere un gobierno progresista. Ciutadella Endavant también lo ha expresado claramente, al igual que el PSM, pero falta cerrar algunas cosas. El pacto no puede nacer cojo. Pese a que hemos gobernado juntos ocho años, los tres partidos necesitamos reestructurarnos mejor.

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¿Qué falta para cerrar el pacto?

—Definir las prioridades. Hay que ser realistas y promover proyectos claros y de consenso.

¿Ya han acordado también el reparto de la alcaldía durante el mandato con el PSM?

—Es algo que debe acabar de definirse. Maria Jesús Bagur (PSM) también tiene su situación personal. Todo está sobre la mesa.

¿Y el reparto de cargos?

—Eso sí está, pero irá en función de la disponibilidad de cada persona. Falta cerrar la asignación de las áreas, pero no así las dedicaciones, que serán poco más de tres por partido. Pero le repito, el acuerdo no se ha basado tanto en la estructura, como en aquello que vamos a hacer.

¿Cambia poco respecto del acuerdo frustrado de junio?

—Nos equivocamos y debemos reconocerlo. No negociamos bien, ni ellos ni nosotros. Se perdió por ambos bandos y, por eso, tenemos la responsabilidad de reencauzarlo bien, porque no podemos volver a decepcionar a nuestros votantes.

¿Hay un motivo real para la moción de censura? ¿Cree que el pueblo lo entiende?

—Eso solo lo cuestionan los votantes del PP, porque los míos, los del PSOE, no critican que se haga, ni que no sea el momento para hacerlo. De hecho, si algo nos echan en cara es no haberlo impulsado en su momento. Si yo fuera solo afiliada, también me habría molestado.

Pero algunos de sus militantes sí están molestos...

—Pero por las filtraciones que bien sabe usted que ha habido y que han hecho que se enteraran de todo por la prensa. Por eso les hemos convocado en asamblea, para explicarles el proceso y por qué se ha llegado a este punto.

¿Ahora depende del PSM?

—No lo sé. Aún no hemos cerrado el acuerdo, ni está firmado. Ahora tenemos un periodo por delante en el que deben tomar posesión los dos nuevos ediles.

¿Qué plazos manejan? ¿Plantean la moción de censura para principios de abril?

—Depende del tiempo que tarde la Junta Electoral en mandar las nuevas credenciales. ¿Que si puede tardar un mes? Luego hay diez días desde la presentación de la moción de censura para celebrar el pleno de investidura. No hay prisa, pero dentro de este periodo. Hasta que no tengamos dos nuevos concejales que puedan levantar la mano en el pleno, no podemos actuar.