Pared seca que están levantando los propietarios de la finca.

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El pasado sábado, Margó Pons y su familia se disponían a recorrer una vez más un tramo del Camí de Cavalls que discurre por la zona de Es Canutells. Siendo conocedores del sendero y habiéndolo pateado unas cuantas veces en los últimos años, sabían que este conecta con un camino de carácter privado que va a parar al conocido como S’Enderrosall de Binicalaf a través de unas escaleras. Ahí se encuentra una cantera de marés situada sobre un acantilado, una espectacular estampa que llama la atención de los más curiosos.

Sin embargo, esta vez no pudieron acceder al camino, algo que habían hecho antes sin ningún problema. En estos momentos, la finca propietaria del mismo, ha levantado una pared seca que todavía está por terminar, pero que ya deniega el paso a todas aquellas personas ajenas.

Las escaleras tienen cerca de 300 metros de longitud y discurren en zigzag salvando la pared.

Margó y su familia habían podido acceder por última vez en 2021 pasando por una pequeña acera al lado del campo arado, «sin pisar aquello que estaba sembrado» en ese momento.

Sin camino público

El coordinador de Política Territorial del GOB Menorca, Miquel Camps, indica que este camino ya había estado cerrado con anterioridad, combinando periodos en los que ha estado abierto. «Tal vez los propietarios hayan reaccionado cerrándolo ante la cantidad de gente que pasaba por allí», indica.

Pese a no tratarse del único camino de acceso, sí que es el que otorga una mayor facilidad, ya que existen otros que pasan por al lado del mar, pero cruzan varias propiedades privadas. De esta manera, no existe ningún sendero público que conecte con el acantilado.

Ahora mismo tan solo se puede llegar por vía marítima, ya sea en barca o en una de las numerosas rutas en kayak que existen.

El apunte

Las escaleras al mar fueron denunciadas por el GOB a Costas hace ya 20 años

Las escaleras de hormigón de S’Enderrosall de Binicalaf fueron construidas en su día por los propietarios de la finca a la que pertenece el camino.

Sin embargo, el GOB denunció la obra en abril de 2004, mismo año en que fue expedientada por Costas por hallarse en un acantilado marino que forma parte de un área natural y goza de la máxima protección urbanística. Pese a que la infracción se había cerrado con la correspondiente sanción y una orden de demolición, las escaleras que conducen a la finca desde el mar continúan ubicadas en esta zona pública.