Las ‘golden visa’ se conceden a los compradores extranjeros de casas de más de medio millón. | Josep Bagur Gomila

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La supresión por parte del Gobierno de los visados de oro, también conocidos como golden visa, que otorgan el permiso de residencia a los extranjeros que compran viviendas por valor de más de 500.000 euros en España, no tendrá ninguna incidencia en Menorca, puesto que las principales agencias del sector han gestionado muy pocos casos desde que se puso en marcha el programa en 2013, bajo el mandato del PP de Mariano Rajoy.

La medida se implementó durante la crisis financiera que provocó el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, con el objetivo de atraer capital extranjero y recuperar la confianza de los inversores, y desde entonces se han concedido un total de 14.576 permisos de residencia, siendo las principales nacionalidades beneficiadas la china y la rusa, que apenas tienen presencia en el mercado menorquín. Las autorizaciones se concentran en provincias como Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante y el resto de Balears.

Acceso a la vivienda

El presidente Pedro Sánchez anunció el pasado lunes la eliminación del programa y ayer el Consejo de Ministros inició los trámites para derogarlo, después de que la Comisión Europea pusiera en el punto de mira este sistema de concesión de permisos de residencia en 2022, tras la invasión rusa de Ucrania, e instara a los estados miembros a reforzar los controles para prevenir los riesgos que puede provocar.

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Además, la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, aseguró ayer que la eliminación de las golden visa servirá «para dar oportunidades a quienes hoy tienen problemas para acceder a una vivienda en lugares concretos y con tensión de precios y falta de oferta residencial», un extremo que niegan desde el sector inmobiliario.

En este sentido, José Carrasco, CEO de Ses Moreres, remarca que «si la derogación de esta ley es para promover o ayudar a que el mercado inmobiliario local mejore, y que la población de Menorca pueda adquirir un inmueble, no creemos que tenga mucha repercusión». Carrasco también se muestra contrario a la supresión del programa, «puesto que promueve un turismo de más calidad, porque al final las personas que logran la residencia y pasan largas temporadas aquí no dejan de ser inversores y turistas a la vez, y son de un poder adquisitivo muy alto». De todos modos, desde Ses Moreres reconocen que la iniciativa no ha tenido ninguna repercusión en la Isla, y ellos no han gestionado ningún caso.

También se muestra contrario a la eliminación de la medida el director comercial de Bonnin Sanso, José Pons, puesto que, a su parecer, «añadirá inseguridad a los cambios legislativos de los últimos tiempos, y dificultará las inversiones en un sector que lo último que necesita son trabas e impedimentos jurídicos». Pons también señala que el programa «siempre ha estado dirigido a un perfil de comprador asiático, ruso o americano, que es muy poco habitual en Menorca», por lo que en la Isla apenas se ha notado. Por este motivo, también descarta que la eliminación de estos visados pueda mejorar de alguna manera los problemas de acceso a la vivienda en la Isla ni bajar los precios.

El director de Engel & Völkers en Menorca, Francisco Arnau, también corrobora que las golden visa han tenido una «incidencia anecdótica» en la Isla, aunque considera que el programa ya no es necesario, puesto que en estos momentos las inversiones de los extranjeros en España no necesitan este tipo de incentivos.

El apunte

Españoles, franceses e ingleses, principales compradores de segundas residencias

Desde el sector inmobiliario de Menorca señalan que las golden visa no han tenido prácticamente ninguna repercusión en Menorca, puesto que las nacionalidades más beneficiadas, como la rusa o la china, no tienen presencia en la Isla. En Menorca, más del cincuenta por ciento de los que adquieren propiedades de más de 500.000 euros son ciudadanos españoles, principalmente de Cataluña y Madrid, que son los grandes compradores de segundas residencias en la Isla. En cuanto a los extranjeros, dominan el mercado menorquín los franceses y británicos, siendo los compradores de fuera de la Unión Europea muy poco habituales. Por todo ello, desde el sector consideran que la supresión de las golden visa no tendrá incidencia en Menorca, ni ayudará a mejorar el acceso a la vivienda.