Este es el aspecto de la playa de Macarelleta el pasado viernes, 24 de mayo. | Josep Bagur Gomila

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El aumento del alquiler turístico, sin mayor control que el de la zonificación aprobada en 2018, y la numerosa oferta ilegal han eliminado casi por completo el alquiler residencial en Menorca. Un drama que sufren miles de menorquines, expulsados de los núcleos urbanos por la creciente oferta vacacional.

Es la máxima urgencia a la que se ha propuesto dar solución el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, tras la primera toma de contacto de la gran alianza público-privada contra la saturación turística que el Govern ha puesto en manos del catedrático Antoni Riera.

«Estamos mejor que Eivissa y Mallorca porque hace 30 años que apostamos por el modelo de la Reserva de la Biosfera», dice Vilafranca, quien urge, no obstante, a «corregir la tendencia que se ha agravado durante los ocho últimos años». El alquiler vacacional se ha disparado un 55,8 por ciento y ha crecido en 11.000 plazas (de 19.500 a 30.400), el triple que la oferta hotelera reglada, que ha ganado poco más de 4.000 (un 8,7 por ciento), hasta sumar 53.700 camas.

«Perdimos el tren del PTI, que la izquierda aprobó hace justo un año y que nació muerto: sin poner límites a la vivienda vacacional y manteniendo el mismo crecimiento previsto en el anterior Plan Territorial de 2003, con 11.345 plazas que ahora será muy difícil legalmente echar atrás», resume Vilafranca. «Es un modelo que no compartimos y que queremos gestionar mejor», anuncia, y pone fecha a la modificación del PTI. «Presentaremos el primer borrador en septiembre».

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El futuro PTI fijará cupos al alquiler turístico en las urbanizaciones y en las zonas urbanas aptas para esta actividad. Y lo hará «en base a parámetros técnicos, como el estrés turístico (la presión de los visitantes sobre la población residente), el consumo de agua y la generación de residuos». El estudio de capacidad de carga turística, que el Consell encargó en febrero y espera recibir a mediados de junio, «determinará las medidas a tomar».

El alquiler vacacional se abrirá al campo, pero solo en los antiguos llocs anteriores a 1960, para rivalizar con el turismo rural y «ganar en valor y no en cantidad», ya que actualmente apenas supone un millar de las 84.058 plazas que se contabilizan en la Isla.

También se quieren retocar las densidades, que el actual PTI reduce, «limitando las alturas y, por tanto, encareciendo los precios, ya que salen menos pisos de cada inmueble». La densidad de población ha subido hasta los 138,9 habitantes por kilómetro cuadrado, pero sigue siendo la mitad que Eivissa (269,7) y Mallorca (251,6).

Desde que se ha extendido el alquiler turístico, se ha encarecido también el suelo y, sobre todo, la vivienda: casi un 10 por ciento los pisos de nueva construcción, un 14 por ciento los apartamentos turísticos y un 24 por ciento los chalés.

Vilafranca apunta también a las casi 9.000 casas vacías y a la «absoluta falta de vivienda social en los últimos años» como aspectos a subsanar. Y también se combatirá, «sobre todo», la oferta ilegal. El objetivo a largo plazo, dice, es «recuperar los municipios para los residentes y hacer aflorar el alquiler tradicional».

Crece el «estrés turístico»: la población flotante expulsa a los residentes del centro

El estrés turístico, un indicador que mide la presión turística que sufre la población residente, ha crecido de forma significativa a lo largo de la última década. Mientras que el padrón apenas creció entre 2013 y 2022 en 1.284 habitantes, al pasar de 95.183 a 96.467, la población flotante lo hizo en una media de 6.450 personas.

Si en 2013 se contabilizaban en la Isla una media de 31.962 personas más que la población empadronada, esta cifra subió en 2022 hasta las 38.412 personas. El estrés turístico se sitúa así en 0’40 y se triplica, hasta el 1’21, en agosto, sobre todo en Es Mercadal y Es Migjorn Gran, donde la proporción de turistas es mayor.

Las claves
  1. El alquiler turístico crece el triple que la oferta hotelera

    La oferta de alquiler vacacional se ha disparado un 55 por ciento, al pasar de las 19.500 plazas de 2014 a las 30.400 de ocho años después. Estas 11.000 nuevas plazas contrastan con las poco más de 4.000, un 8’72%, que ha crecido en el mismo intervalo la oferta hotelera reglada, hasta 53.700 camas.

  2. 9.000 casas vacías y cabida para alojar a 248.919 personas

    El sistema de indicadores del PTI cifra la capacidad máxima de alojamiento de Menorca en 248.919 personas. Todo ello contando que hay 8.969 casas vacías, el 14’8 por ciento del parque de viviendas. La estacionalidad aún hace que en agosto se multiplique por dos veces y media la población de hecho del invierno. Es Mercadal yEs Migjorn Gran la quintuplican.

  3. Se encarecen el precio del suelo y de la vivienda nueva

    Los pisos de nueva construcción son un 10 por ciento más caros que en 2014 y cuestan una media de 214.244 euros, los apartamentos han subido un 14% y cuestan 201.067 y el precio de los chalés se ha incrementado un 24%, hasta los 5509.410 euros de media.