La balsa de Es Mercadal goza de una capacidad de 64.000 metros cúbicos y puede regar hasta 80 hectáreas. | Gemma Andreu

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En febrero del año pasado, la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación presentaba un ambicioso Plan General de Aprovechamiento y Optimización de Aguas Regeneradas destinadas al regadío. De los 60 millones de euros y los 18 proyectos que engloba el mismo, Menorca se quedaba con 7,75 millones que irían a parar a dos proyectos de nueva infraestructura.

En palabras del director general de Agricultura, Fernando Fernández, el objetivo del mismo es «aumentar en un 33 por ciento la capacidad de almacenamiento del agua regenerada» y en    el año 2027 usar hasta un 60 por ciento de esa misma agua para el riego agrícola.

Pese a los ambiciosos objetivos establecidos a corto plazo, la realidad es otra por el momento. Según los últimos datos del Plan Hidrológico de Balears, tan solo un 10 por ciento del agua depurada se utiliza para el riego del campo en Menorca. Este dato señala la necesidad de acelerar la puesta en marcha de los nuevos proyectos y evidencia la infrautilización de los ya activos en la Isla: Es Mercadal y Ciutadella, siendo este último el único que funciona a pleno rendimiento.

ES MERCADAL

Cinco años sin regar por los altos niveles de salinidad

La comunidad de regantes del Camí de Tramuntana de Es Mercadal permanece en la misma situación de bloqueo desde 2019. Los problemas de salinidad en la depuradora municipal, originados a raíz de las filtraciones en el    alcantarillado durante las obras del Passeig Marítim de Fornells, han impedido que se inicie el riego con el agua de la balsa desde entonces.

Por estas mismas fechas del año 2022, el Govern comunicaba a los propietarios de las diez fincas del Camí de Tramuntana que los problemas de la salinidad estaban subsanados, por lo que el agua ya era óptima para el riego. Así pues, los terratenientes efectuaron una serie de importantes inversiones en maquinaria que quedaron en nada al persistir el problema. El presidente de la comunidad de regantes, Pere Pons, acabó dimitiendo, harto de las promesas incumplidas. Desde su renuncia, la comunidad se encuentra sin dirigente al estar su actividad completamente paralizada.

No obstante, parece que la luz comienza a asomar al final del túnel de una vez por todas: en los próximos días tendrá lugar una reunión definitiva a tres bandas entre el Ayuntamiento, Ports y la comunidad de regante en la que se sabrá si la rebaja en los parámetros de salinidad tras las últimas reparaciones efectuadas es tan importante como para permitir el riego con el agua de la balsa.

Según apunta Guillermo de Olives, uno de los propietarios afectados, para ello «es imprescindible» que la conductividad del agua se sitúe por debajo de los 3.000 mSv (miliSievert), ya que indicaría que el grado de salinidad «es tolerable». «En algunos momentos llegó a haber tanta sal que era literalmente agua del mar», revela. Algo que también corrobora el alcalde de Es Mercadal, Joan Palliser, quien precisa que algunos análisis de los últimos meses «mostraban que el agua tenía una conductividad de 44.000 miliSieverts».

SANT LLUÍS

A la espera de recibir el visto bueno de Medio Ambiente

Con una comunidad de regantes constituida desde el año 2022 y formada por 19 fincas, Sant Lluís aún está pendiente de recibir los informes favorables por parte de la Comisión Balear de Medio Ambiente. El conseller del Mar, Juan Manuel Lafuente, reveló en el Parlament el pasado mes de noviembre que se habían detectado una serie de deficiencias en el proyecto promovido de manera conjunta por el anterior equipo de gobierno autonómico y el Ayuntamiento de Sant Lluís.

Un listado en el que no coincidían los propietarios de las fincas con los regantes y los problemas en la adquisición de los terrenos han detenido hasta nuevo aviso un proyecto valorado en casi 8 millones de euros y que prevé la instalación de unas balsas cuya capacidad de almacenamiento alcanzaría unos 200.000 metros cúbicos.

CIUTADELLA

Abasteciendo de forma regular a una veintena de fincas

La balsa de riego de Ciutadella fue pionera y en la actualidad es la única que cuenta con una utilidad completa en la Isla. Sin embargo, también pasó por una serie de inconvenientes iniciales relacionados con el exceso de sal que retrasaron su puesta en marcha de forma ininterrumpida hasta el año 2017. El presidente de la comunidad de regantes de Ciutadella Sud, Pedro Bosch, se muestra «muy contento» con el desempeño de la balsa ubicada junto a la depuradora de Rafal Amagat, la cual dispone de una capacidad de 198.000 metros cúbicos y puede abastecer hasta 284 hectáreas. «Los análisis de cada mes demuestran que el agua está en buen estado. Hemos podido regar mucho con ella y la demanda de los socios es cada vez mayor», expresa.

ES MIGJORN Y FERRERIES

Renuncia de la comunidad del Camí de Tramuntana

En octubre de 2022, la comunidad de regantes de Camí de Tramuntana renunció al proyecto de utilizar el agua de las depuradoras de Es Migjorn y Ferreries para regar sus fincas al hallar más perjuicios que posibles beneficios. El plan, valorado en 6 millones de euros y financiado en su totalidad con fondos europeos, requería que la comunidad asumiese el papel de promotor y únicamente hacía alusión a la infraestructura.    Por tanto, no incidía en la calidad del agua depurada, la verdadera lucha de los propietarios estos últimos cinco años.