La pelea de la calle Bajolí, en Ciutadella, sigue generando comentarios entre los vecinos por la batalla sangrienta que se formó y el despliegue policial

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Todavía se habla en Ciutadella de la brutal pelea a navajazos que protagonizaron el miércoles en la calle Bajolí un grupo de personas de conocida trayectoria conflictiva, entre ellos un menor, su madre y su novia. Cinco fueron detenidos aunque solo el menor ha sido recluido en el Centro de Internamiento de Es Pinaret, en Palma, mientras el resto quedó en libertad con cargos hasta el juicio. Al parecer el origen de la batalla estuvo horas antes en una comida conjunta de la que el grupo salió eufórico.

Ocho entrantes. Varias de las personas que luego participaron en la pelea habían acudido a comer a un restaurante de Cala Blanca un par de horas antes. Pidieron ocho platos y bebieron. Los camareros ya andaban con la mosca tras la oreja, y efectivamente, el grupo se marchó haciendo un 'simpa', es decir, abandonó el local sin abonar la cuenta. La bebida y, posiblemente, otras sustancias tóxicas les animaron a acudir a la casa de la calle Bajolí donde vive otro de los participantes en la reyerta, y en la que se desató la batalla a navajazos.

Del aeropuerto, casi al hospital. Las tres jóvenes santanderinas de 27 años que sufrieron el grave accidente de circulación sobre la medianoche del martes, acababan de aterrizar en la Isla y se dirigían al apartamento alquilado en Sa Caleta, en Ciutadella. Fueron impactadas por el conductor de un Audi A3, que tuvo que ser evacuado a Son Espases con varias fracturas. Las tres chicas no han tenido oportunidad de conocer la Isla, como era su propósito, al haber tenido que ser hospitalizadas tras el accidente. Sus padres respectivos se desplazaron a Menorca para agilizar su traslado a Cantabria.

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Seis horas sin salir de la habitación del hotel tras robar un móvil. Dos jóvenes franceses, de 20 y 21 años, estudiantes universitarios, fueron detenidos por la Policía Nacional de Ciutadella el pasado martes, acusados de varios robos, el último de ellos un móvil iPhone en el puerto. La Policía fue tras ellos aunque estos huyeron y se refugiaron en su hotel en la misma ciudad mientras los agentes les esperaban en el exterior al carecer de orden judicial para acceder al interior. Por temor a que los detuvieran, los jóvenes permanecieron 6 horas sin salir de la habitación y cuando lo hicieron fueron detenidos. Les encontraron 7 teléfonos, cámaras de fotos y otros objetos. Asignado de oficio el abogado, José de Juan López, los franceses declararon ante el juez que era otro amigo el que propietario de los objetos robados. Al parecer se dedican a viajar para robar, y uno de ellos utiliza una identidad de otro amigo al que le cargan culpas y facturas. Abandonaron la Isla rápido tras su declaración.

La cogorza mañanera. Una mujer se encontró el viernes a las 7.30 de la mañana a un hombre con la cabeza desplomada sobre el volante de su coche en la calle Comerç de Maó. Preocupada porque no sabía si estaba muerto o vivo, le preguntó si precisaba ayuda. Llevaba una cogorza de campeonato y tuvo que ser atendido por los sanitarios de una ambulancia a la que llamó ella misma

Agresión a dos magrebíes en Maó. Sucedió hace ya unas semanas a la salida de un local de ocio en la Sinia des Muret, de Maó. Un grupo de jóvenes menorquines la emprendió a palos con dos de origen magrebí. Al parecer a uno de ellos lo persiguieron hasta la barriada de Andrea Doria. Uno de los dos agredidos tuvo que ser trasladado al Hospital de Son Espases debido a los traumatismos, aunque se recuperó y días después pudo regresar a la Isla. No consta que hubiera denuncias.

«Dibujaba y pintaba muy bien, y tenía muchas ganas de salir para disfrutar de su hija, de la vida y de devolver todo el cariño y respeto que le habían dado sus padres y familiares, me decía», ha recordado en la red un antiguo preso en la cárcel de Menorca que convivió con la mujer hallada muerta en su celda la pasada semana debido a su delicado estado de salud.