La agresión a la enfermera tuvo lugar en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Mateu Orfila | Javier Coll

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La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha estimado parcialmente los recursos de apelación que presentaron el acusado y el Ministerio Fiscal por un lado, y la Comunidad Autónoma de las Illes Balears, por otro, contra la sentencia que condenó a T.P.S. a dos años de prisión por haber agredido brutalmente a una enfermera del Hospital Mateu Orfila en 2012, y al pago de una indemnización de 61.509 euros.

El Tribunal ha desestimado la petición de absolución del abogado del acusado pero sí acepta que se le aplique la atenuante analógica de anomalía psíquica manteniendo la misma condena de la sentencia, como planteaba el Fiscal.

En cuanto al recurso presentado por la Comunidad Autónoma de les Illes Balears, personada como acusación dado que se trataba de una agresión a una de sus funcionarias, pedía la revocación del fallo y que el acusado fuera condenado a cuatro años y tres meses de prisión, además de elevar la indemnización a la víctima hasta los 150.000 euros. Los magistrados han decidido no elevar la condena de cárcel pero sí ampliar la suma hasta los 79.962 euros, es decir 18.000 euros más de la cantidad que fijó el juez del Juzgado Penal de Maó en la sentencia del 1 de septiembre de 2015.

T.P.S., de 28 años de edad, quien la pasada semana volvió a ser juzgado por otro delito de atentado, en esta ocasión, a cinco funcionarios de la prisión de Maó, fue condenado por los hechos que tuvieron lugar en el Hospital Mateu Orfila, de Maó, un día después de su ingreso forzoso, el 6 de julio, en la Unidad de Psiquiatria en cumplimiento de una orden judicial. Lo hizo con un comportamiento altivo, insolente e insultante que molestaba a otros pacientes por lo que por la tarde del día 7 la enfermera lo envió a su habitación y le dijo que no le daría ningún cigarro más. El acusado golpeó una puerta acristalada y cuando la enfermera se disponía a ir a avisar al guardia de seguridad se giró hacia ella y le dio un puñetazo en la cara. Luego siguió golpeándola con brutalidad arrastrándola hasta una zona donde había un sofá donde siguió agrediéndola hasta que fue inmovilizado por otros pacientes.

La profesional agredida precisó tratamiento quirúrgico por las múltiples lesiones que sufrió y estuvo 572 días de baja, que, además, le han dejado secuelas.

En los recursos planteados, varios doctores y la médico forense que reconoció al agresor han concluido que pese al trastorno disocial de la personalidad que padecía, en el momento de los hechos era plenamente consciente de lo que hacía.