El «BEE55» ha estado a la venta y ha sido visitado por interesados, pero sin éxito, por lo que permanece inmóvil en la zona próxima al parque de bomberos del Aeropuerto, que no es gratis.

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Es un bimotor, antiguo pero robusto, un buen avión, según definición del presidente del Aeroclub de Mahón, José Luis Barrero. Se trata de un «Beechcraft 95-B55 MSN TC-2191» con matrícula N-999LT que se halla en evidente estado de abandono en el aeropuerto de Menorca. Así se describe al menos en el anuncio publicado el sábado en el BOE en el que se establece un año para que alguien lo reclame, en caso contrario será vendido en subasta.

La avioneta no se ha movido del aparcamiento de aviación general del aeródromo menorquín desde el 3 de julio de 2009, el día que se produjo el incidente al intentar tomar tierra. El piloto y propietario, que falleció unos años después, contaba con más de 700 horas de vuelo, era un empresario de nacionalidad estadounidense con negocios en las Islas y aquel día había decidido viajar con su mujer a Son Bonet (Mallorca).

El vuelo se inició en el Aeroclub, del que era socio y donde tenía su base el bimotor. Eran las 13,30 horas cuando despegó, al elevar el tren de aterrizaje se activaron las dudas sobre su correcto funcionamiento ya que permaneció encendida una luz ámbar que indicaba tren inseguro. Ello motivó el cambio de planes, se dirigió al aeropuerto para confirmar el estado del tren de aterrizaje con ayuda del control de torre, que corroboró que la pata izquierda no estaba extendida. Los compañeros del aeroclub a quienes había solicitado la misma información ratificaron desde tierra el mismo problema.

EMERGENCIA
La aeronave se dirigió entonces al aeródromo de Sant Lluís y sobrevoló el campo para consumir el combustible y prepararse para un aterrizaje de emergencia. Entretanto recibió apoyo de los mecánicos para intentar solventar la anomalía. Se retrajo nuevamente el tren de aterrizaje y se intentó extenderlo de nuevo de forma manual, según marca el procedimiento, pero no tuvo éxito, razón por la que, en comunicación con la torre de control del aeropuerto, el piloto declaró la emergencia a las 15.05 horas y cuando estimó que la cantidad de combustible remanente era apropiada, decidió aterrizar, según consta en el informe técnico de Aviación Civil.
Durante el aterrizaje, la hélice del lado izquierdo tocó tierra, «hizo un caballlito», en jerga aeronáutica, completó un giro de 180 grados y finalmente quedó parado en el margen izquierdo de la pista R19, entre las calles de rodaje T, E, y F a 55 metros del eje de la pista. Sufrió daños en el morro, el flap y el alerón izquierdo, además de la hélice de ese lado. El tripulante y la pasajera sufrieron heridas leves y el perro que les acompañaba resultó ileso, aunque vomitó en la cabina.

Fuentes aeroportuarias han informado de que se había iniciado la recuperación del aparato y posiblemente esté en condiciones de volar. El propietario tenía otro avión en Estados Unidos. Esas mismas fuentes indican que se trata de un tipo de avión con pocos pretendientes y que su mayor utilidad pueda ser la de servir para repuestos.

Desde que estuvo en Menorca, había volado poco, a ello y al escaso mantenimiento se imputan las causas del incidente.