La madre comunicó las presuntas amenazas de su hijo a la Policía Local y esta informó a la Guardia Civil. | Gemma Andreu

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La Guardia Civil detuvo el pasado lunes a un hombre de 25 años de edad, de nacionalidad española y residente en Alaior, por presuntas amenazas a su madre con arma blanca en el domicilio que ambos comparten en el mismo pueblo.

El joven fue puesto a disposición judicial al día siguiente tras pasar la noche en el calabozo, y el juez dictó el auto de libertad hasta la celebración del juicio rápido que tuvo lugar ayer al mediodía, en el que no hubo conformidad. El acusado niega por completo la versión de la madre y por tanto rechazó la conformidad con la abogada de su progenitora y el fiscal que pedía para él una condena de 8 meses de prisión o bien 60 días de trabajo en beneficio de la comunidad.

El juicio ha quedado fijado para el próximo 28 de agosto pero mientras tanto queda vigente la medida cautelar por la que el joven no puede aproximarse a su madre a menos de 100 metros ni comunicarse con ella. Debido a esta cautelar ha tenido que abandonar la casa que compartía con su madre.

La mujer asegura que salió corriendo de su casa el lunes por la tarde después de que el hijo pinchara un cuchillo en la pared y luego se lo acercara a ella tras una discusión por una compra efectuada por el joven con fondos conjuntos. Dio aviso a la Policía Local de Alaior que trasladó la información a la Guardia Civil de Es Mercadal.

Minutos despues varios agentes de ambos cuerpos se personaron en el domicilio familiar y hallaron a la mujer en la calle. Esta reiteró su explicación, solicitó protección y dijo que el hijo se había puesto violento por una cuestión económica de la familia y había amenazado con prender fuego a un local propiedad de los padres, situado en el Polígono Industrial, asegurando que había dispuesto lo necesario para provocar el incendio.
Tras escuchar su versión los agentes subieron al domicilio y se entrevistaron con el hijo que quedó detenido por la acusación materna aunque él negó los hechos admitiendo que se había tratado de una discusión familiar que suele padecer él con cierta frecuencia por las desavenencias en la separación de sus progenitores.

Sostuvo que su madre se había inventado tanto la amenaza con el cuchillo como la de haber preparado un supuesto incendio en el local que tienen a la venta sus padres.

El fiscal, en su escrito de acusación para el juicio rápido celebrado ayer, no estimó que el joven hubiera incurrido en esa tentativa de incendio, ya que no se había iniciado ningún fuego en el local familiar.

La acusación que finalmente pesa sobre el joven es la de amenazas en el ámbito familiar por la que será juzgado el próximo 28 de agosto en el Penal de Maó.