Luciano Martín, uno de los dos socorristas que prestaron el servicio del domingo, vigila el comportamiento de los bañistas.

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Ocurrió el pasado domingo sobre las 14 horas del mediodía. Un grupo de cinco personas –una madre con su hija de ocho años y un matrimonio con otra descendiente de edad similar– fue rescatado de forma simultánea por los dos socorristas que prestan servicio en las inmediaciones de La Vall. Las dos pequeñas y los tres adultos se vieron afectados por las corrientes que se forman en el banco de arena de la parcela de baño una vez se pierde pie. Los dos vigilantes acudieron en escasos segundos, arrastrando a cada una de las familias con un flotador de grandes dimensiones. El operativo duró menos de tres minutos, pero se vivieron momentos de auténtica tensión. Luciano Martín fue –junto con su compañero Samuel Fernández– uno de los dos participantes en el operativo. Ayer reconoció que «hemos hecho varias actuaciones en los últimos meses por esta causa, aunque seguramente el del domingo sea uno de los rescates más complicados del verano».

Todo ocurrió en la cala de Es Tancats, donde siempre se han registrado notables corrientes. Al parecer, la fisonomía del banco de arena ha cambiado este año. En veranos anteriores la zona de peligro estaba más delimitada, ya que daba al margen izquierdo y era cercana al canal usado por las embarcaciones. Sin embargo, los cambios del fondo oceánico han «centrado» los movimientos del agua. Los problemas se suelen dar con fuerte oleaje, ya que la fuerza del mar crea un efecto vaivén que se registra de forma uniforme en casi toda la zona de baño.

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