El Audi A6 quedó semivolcado entre dos árboles tras un fuerte impacto en el kilómetro 4,8 de la carretera que va de Maó a Fornells. | A.T.

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La pérdida de control del vehículo Audi A6 que conducía en la madrugada del pasado 22 de octubre estuvo motivada por un forcejeo obligado a mantener con su amigo, que viajaba en el asiento del copiloto y se hallaba bajo los efectos del alcohol. Ese forcejeo, que siguió a una discusión entre ambos, fue la causa del volantazo que derivó en el posterior accidente en el que falleció Daniel Castro Domínguez, gallego de 39 años de edad, tras chocar violentamente contra dos árboles en el margen derecho de la carretera Me-7, entre Maó y Fornells, a la altura del kilómetro 4,8.

Esa fue la explicación que ofreció ayer por la mañana J.J.B.C., de 31 años de edad, imputado por homicidio imprudente y un delito contra la seguridad vial, en su declaración ante el juez del Juzgado de Instrucción número 3 de Maó, Fernando Pinto. En ella se ratificó sobre lo que ya había manifestado a la Guardia Civil tras su detención y puesta en libertad inmediata a la salida del Hospital Mateu Orfila. El magistrado, una vez concluida la declaración que se prolongó durante una media hora, decidió que continuara en libertad sin medidas cautelares mientras la instrucción de las diligencias continúa su curso.

La pareja de amigos había comenzado aquella noche tomando algunas copas en un bar de Son Parc. Ya entonces el imputado decidió conducir el vehículo de su amigo, a quien se lo prestaba su jefe para que circulara por Menorca, para desplazarse al puerto de Maó y continuar con la noche de ocio. Lo hizo, apuntó, porque David ya había consumido alcohol en exceso en Son Parc. Un hermano del fallecido, sin embargo, afirman que este quiso tomar un taxi pero J.J.B.C. se negó y le convenció para que le dejase conducir el vehículo.

Al parecer el acusado desconocía que el coche no era propiedad de su amigo sino del jefe de este que ahora también está presente en la causa, a través de su abogada, por si finalmente demanda al conductor al haber tomado un coche que no era suyo y que quedó inservible.

El joven imputado admitió que tomó varias cervezas, como certificó el análisis de sangre que le fue practicado posteriormente en el Hospital y arrojó un claro positivo, aunque en su declaración no refirió que condujera a una velocidad excesiva, sino que el accidente fue la consecuencia del forcejeo con su acompañante.