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Que haya retrasos en Vueling es lo habitual. Lo que no es tan normal es que tengan que intervenir los bomberos, se declare un motín y que tenga que actuar la Guardia Civil.

Eso es lo que pasó este lunes en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid en un vuelo con destino a Menorca.

El vuelo, programado para las 16,20 horas, tuvo un retraso de cerca de cinco horas, y no salió hasta las 21,13 horas. También se demoró el vuelo de vuelta, que tenía que salir de Menorca a las 18,30 horas y no despegó hasta las 23,15 horas de la noche.

Los pasajeros del vuelo de Madrid a Menorca vivieron una auténtica odisea, tal y como le relata una pasajera en un hilo de Twitter.

Al principio Vueling les informó que habría retraso debido a restricciones en el tráfico aéreo. Al final tras casi dos horas de demora entraron en el avión. Una vez dentro, esperaron en el interior de la aeronave unos treinta minutos. El motivo, les dijeron, que la empresa que se encargaba de la recarga de combustible se había retrasado.

Al final parecía que la cosa iba a quedar con un retraso más. El avión cogió pista para el despegue, pero cuando iba a gran velocidad frenó de golpe. Se ve que los frenos se habían sobrecalentado. De inmediato se desaloja el avión y se personaron varios camiones de bomberos para enfriar los frenos.

Los pasajeros, que ya llevaban cerca de tres horas de retraso, regresan a la terminal. La compañía les informa que cogerán otra aeronave.

Y aquí fue cuando se declaró el motín, ya que el avión que Vueling les preparó era el que tenía que enlazar Madrid con Barcelona, lo que enojó a los pasajeros que iban a la Ciudad Condal, que trataron de impedir que se produjera el cambio de avión.

El personal de atención al cliente de Vueling no pudo atender las aireadas quejas de los pasajeros de Barcelona, que debían salir a las 19 horas y al final no despegó hasta las 3 de la madrugada. Las quejas subieron de tono, y el personal tuvo que dejar el punto de atención.

Llamaron a seguridad, que poca cosa pudieron hacer. Y al final tuvo que intervenir la Guardia Civil que tuvo que desalojar a los pasajeros de Barcelona que bloqueaban la entrada, lo que generó gritos por parte de los viajeros del vuelo con la ciudad condal y aplausos de los pasajeros que venían a Menorca, que al final pudieron embarcar cerca de las nueve de la noche y llegar a la Isla pasadas las 22,30 horas de la noche.