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Los efectos del tornado que recorrió parte de la Isla el pasado domingo serán superiores a los que originaron el pasado 1 de abril de 2017 los tres caps de fibló que arrasaron, principalmente, la zona comprendida entre Cala Galdana y Macarella, además de otros desperfectos en la misma ciudad de Ciutadella.

Inspectores técnicos del Ibanat y de gestión forestal realizaron ayer por la mañana la primera inspección ocular aérea, a bordo de un helicóptero del Instituto Balear de la Naturaleza, desplazado a Menorca para realizar este cometido. A falta de que las imagenes captadas sean interpretadas y se haga una evaluación de los daños en las zonas boscosas, a simple vista los árboles derribados superarán los que se vieron afectados en abril de 2017. Entonces se situó la cifra entre 2.000 y 2.500 cuya retirada supuso riesgo y complicaciones.

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En esta nueva ocasión el recorrido del tornado fue mayor. En principio, aunque el Ibanat aún no lo ha confirmado, el cap de fibló entró por la zona de Favaritx y atravesó la Isla en una línea diagonal para acabar en Cala en Porter. Derribó cuanto encontró a su paso incluidos los apoyos de los tendidos eléctricos que han dejado sin suministro durante dos días a 38.000 abonados. El Ibanat no descarta que al mismo tiempo que el cap de fibló atravesaba la Isla se produjera otra corriente de aire que también habría incidido en la virulencia de los efectos.

En esta ocasión las consecuencias derivadas del paso del tornado en las áreas naturales se verán mucho más agravadas con las reclamaciones económicas de empresas y particulares por haber visto interrumpida forzosamente su actividad debido al largo corte del suministro eléctrico en Ciutadella, Es Migjorn, Es Mercadal, Alaior y Ferreries, prácticamente hasta ayer por la tarde.