Los desalojos diarios en Es Pla y la zona centro han limitado las intervenciones en el municipio. | PLC

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La Policía Local de Ciutadella ha dado respuesta a 2.067 requerimientos, lo que supone una media de 67 intervenciones diarias, durante el intenso mes de agosto que se ha vivido en el municipio. Casi un 30 por ciento de ellos -587- están relacionados con botellones, fiestas y ruidos que suponían el incumplimiento de la normativa covid por el peligro de la propagación del virus.

Sin embargo, más de la mitad de estos requerimientos -331- han quedado pendientes de atención inmediata durante la hora siguiente a la llamada, incluso no se ha podido llegar a ellos en algunos casos por falta de efectivos o cuando lo han hecho los presuntos infractores ya habían desaparecido.   

La precariedad de la plantilla, reducida a la mitad de la que tenía disponible hace un decenio, ha coincidido con el notable incremento de trabajo en Ciutadella respecto a ejercicios anteriores por las normas de prevención contra la pandemia y la llegada masiva de veraneantes que ha desbordado la capacidad de intervención. Son 38 agentes disponibles para patrullar más 7 mandos los que han cubierto este intenso agosto, la misma cifra que trabaja en invierno pese a que en este mes los requerimientos casi se multiplican por cuatro.

Con el apoyo del Cuerpo Nacional de Policía, que sufre una situación similar por falta de efectivos en la Comisaría, los agentes de la Local han tenido que realizar 162 turnos extraordinarios para mantener un servicio nocturno con 8 agentes, 6 en el de la mañana y 10 para cubrir las noches de los sábados. Los policías, por tanto, han perdido días libres compensados con el pago de las horas extraordinarias, aunque esta situación no pueden mantenerla, aseguran, porque precisan descanso y tiempo con sus familias. En el mes de julio, la plantilla dedicó 159 días libres a reforzar el servicio. También el personal administrativo de Atención al Ciudadano ha tenido que reforzar sus turnos.

El obligado desalojo diario de la zona de Es Pla y del centro tras el cierre de los locales, junto al dispositivo de la Policía Nacional, para evitar botellones con concentraciones de entre 1.000 y 2.000 jóvenes ha supuesto que los policías, entre la 1 y las 2 de la madrugada, no pudieran atender otros requerimientos en el resto del municipio, lo que ha derivado en quejas de ciudadanos, hartos de las molestias generadas por fiestas en viviendas turísticas.