El acusado, este miércoles en la vista en la que fue condenado junto a su madre por estafa en Es Mercadal | Josep Bagur Gomila

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Condena de seis meses de prisión y pago de 2.492 euros por la estafa que cometió, junto a su madre, en una tienda de electrodomésticos de Es Mercadal en junio de 2021, es el nuevo castigo que debe afrontar un hombre de 38 años, residente en Es Castell, y también su progenitora, en uno de los dos juicios a prevención celebrados este miércoles en el Juzgado Social de Ciutadella.

Ambos aceptaron el acuerdo que alcanzaron los respectivos abogados y la fiscal, pagaron la responsabilidad civil asumiendo su culpa y evitaron así su ingreso en prisión, aunque en el historial delictivo del acusado constan otros procesos por casos muy similares.

En cambio, en el otro juicio, también fijado para este miércoles por la mañana, no hubo acuerdo, puesto que el inculpado, esta vez en solitario, no ha podido devolver los 16.347 euros que le reclama un establecimiento de informática de Ciutadella, al que también estafó.

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Abogados y fiscal sí estuvieron conformes en conceder un tiempo prudencial de cuatro meses, hasta el 23 de enero, para que el hombre pueda comenzar a satisfacer la cantidad que burló al comercio de informática en unos hechos delictivos que cometió en agosto de 2021. En este caso, el fiscal le pide, además, una condena de tres años de prisión que podría evitar si se le aplica el atenuante de reparación de daño en el caso de que para enero haya podido devolver todo, o al menos una parte, de la cantidad estafada y fijar un calendario para completarla.

El hombre, a través de su abogado, argumentó que no disponía de ingresos para poder satisfacer la suma que se le reclama.

Para consumar esta estafa se hizo pasar por el director ejecutivo de una empresa de montajes y mantenimiento de la Península. Dijo al dueño de la tienda que necesitaba material informático para sus trabajadores durante su estancia en la Isla, en la que iba a realizar una obra.

Facilitó datos falsos y aportó documentos de las empresas a las que decía representar para convencer al propietario del comercio. Realizó varios pedidos y firmó 13 albaranes sin dejar depósito ni pago a cuenta del material que adquiría y nunca pagó.