La niña quedó atrapada bajó el camión en la calle comercial.

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El pánico se instaló en la calle más comercial de Maó en la mañana del pasado 24 de julio. Un camión de hielo se precipitaba cuesta abajo por la Plaça Reial hasta la calle S’Arravaleta donde arrollaba a una niña de 9 años y hería a una mujer de 67 antes de que se frenara en un banco que destrozó en el impacto.

Un fallo mecánico motivó que el freno de mano se desactivara y el camión rodara por la pendiente 40 metros hacia abajo, mientras su conductor realizaba tareas de reparto y el vehículo permanecía con el motor en marcha.

La niña quedó atrapada bajo el camión en unos momentos de plena angustia por lo sucedido sobre las 10 de la mañana hasta que un camarero del bar Andalucía tuvo el arrojo de arrancarlo y dar marcha atrás para que pudieran liberarla. La menor fue trasladada en estado muy grave al Hospital de Son Espases donde permaneció dos semanas en la UCI hasta que pudo recuperarse.

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La investigación determinó que el camión tenía la ITV al día pero el vehículo, con una tara de 2.770 kilos, presentaba una antigüedad de 17 años. El freno de mano se destensó por una sujeción insuficiente lo que provocó que se desactivara.

Solo unas semanas más tarde, el 17 de agosto, otro vehículo, Hyundai Tucson, fuera de control se empotraba contra la casa del número 5 en la plaza Miranda, de Maó, en otro suceso que guardó relación con el de s’Arravaleta, aunque afortunadamente en este caso los daños fueron solo materiales ya que no pasaba nadie por el lugar a esa hora, las 14.30.

El coche se empotró contra una fachada de la plaza Miranda.

El conductor del vehículo, un hombre de 55 años, no pudo detenerlo y ya cuando descendía por la calle Concepción rozó a otros coches estacionados hasta que fue a incrustarse en la pared del comedor de la casa. Solo un transeúnte sufrió una herida en el tobillo. La investigación determinó que el fallo fue humano en la conducción.


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El apunte

Muerte en la carretera dos años después

Hacía 26 meses desde que las carreteras menorquinas no habían contemplado ningún accidente con víctimas mortales, hasta que ese registro se truncó en la tarde del sábado 23 de septiembre. Un motorista residente en Sant Lluís, de 56 años de edad, perdía la vida a la salida de una curva en el kilómetro 5 de la carretera que une Maó y Fornells. El hombre conducía una moto KTM1290 cuando perdió el control de la máquina, chocó contra una señal de tráfico a la derecha de la calzada y salió despedido varios metros sufriendo lesiones que le llevaron al fallecimiento pese a los esfuerzos de una médica británica que se detuvo en el lugar del accidente para auxiliar al accidentado, y posteriormente, los técnicos sanitarios del 061.